Prendemos el televisor o la radio y nos saturan de malas noticias. Miramos alrededor y encontramos no pocas situaciones desagradables. En el país hay escaladas nefastas de delincuencia, corrupción, injusticia. Nuestros amigos o colegas nos narran sus problemas económicos, dificultades dolorosas, problemas emocionales, psicológicos, desencuentros familiares… Esto parece un cuadro surrealista, trágico y desesperante.