Inversión. “La persistente inestabilidad política deteriora la confianza del consumidor y de los empresarios, lo que incrementa los riesgos de un menor crecimiento del consumo y de la inversión privada”. Esa clara alerta del BCR, incluida en su reciente Reporte de Inflación (RI), también podría interpretarse como una lección que el Gobierno de Pedro Castillo nunca aprendió y que el Congreso sigue esmerándose en ignorar. Durante todo el año pasado, la autoridad monetaria proyectó una variación de 0% en la inversión privada, pero al cierre del 2022 no ocurrió ni eso, pues se contrajo 0.5%.
Esa misma tasa de caída es la que el RI calcula para este año es una revisión a la baja, el anterior reporte predecía un aumento de 1%. Es que si bien se espera que la confianza empresarial se recupere, será un proceso lento, lo cual tendría un impacto negativo en las decisiones de inversión. Habría que agregar que dicha recuperación dependerá del cómo se desenvuelva el escenario político y de cómo se manejen las tensiones sociales, además de la intensidad y duración de los fenómenos climáticos.
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Si la inversión privada enfrenta un año complicado, la pública tendrá uno caótico y, posiblemente, errático. El 2022 aumentó más de lo esperado (7.1% versus 6%), debido a que los gobiernos subnacionales tienden a elevar su gasto de capital en los meses finales de sus mandatos.
Lo contrario ocurre en el primer año de los nuevos gobiernos regionales y locales: su ejecución presupuestal en infraestructura se reduce, porque están en “periodo de aprendizaje” –aunque muchos sí tienen experiencia, pero no lo demuestran–. El RI proyecta que para compensar la disminución de la inversión pública de los pliegos subnacionales, el Gobierno nacional incrementará la suya. El resultado esperado será un aumento de apenas 1%.
Lo peligroso es que este año de aprendizaje ha coincidido con la presencia de una anomalía climática poco común en el país –el ciclón Yaku–, que ha causado daños a la infraestructura por S/ 1,300 millones, según el MEF, a la que se sumaría un probable Niño costero, y un posible Niño global, y más de miles de millones de soles en pérdidas. Si gobernadores y alcaldes no están preparados para ejecutar inversión pública ya presupuestada y programada, mucho menos lo estarán con una reconstrucción. ¿El Gobierno de Dina Boluarte lo está? La idea de crear la Autoridad Nacional de Infraestructura no lo asegura, por más que existan recursos para afrontar la tarea, porque la mayor deficiencia es la falta de capacidad de gestión.
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