(G de Gestión) Recuerdo que, cuando inicié mi trayectoria como analista económico y financiero hace 18 años, se me advertía: “No hables de fútbol, religión o política con los clientes”, dada la sensibilidad de estos temas, el hecho de que las preferencias pueden estar atadas a creencias y por el apasionamiento que generan en muchos casos. Lo cierto es que, en los últimos tiempos, la política ha debido ser tachada de la lista. Si bien esta siempre ha tenido una influencia en la economía y en los mercados, parece que su importancia relativa ha venido en marcado aumento en un mundo cada vez más interconectado, por lo que se hace imposible actualmente hablar de proyecciones económicas sin tener que hacer mención de ella.