La Comisión Europea presentó este lunes un avanzado sistema de réplicas digitales del planeta Tierra para simular los efectos del cambio climático, una suerte de bola de cristal tecnológica con una precisión sin precedentes gracias a la supercomputación y a la inteligencia artificial.
“No todos los días ocurre que te dejan espiar el futuro (...). Tiene un extraordinario potencial” e invita a pensar que “el futuro es mucho más grande que el pasado”, dijo la vicepresidenta de la Comisión Europea responsable de Digitalización, Margrethe Vestager, en la presentación del proyecto “Destino la Tierra”.
El sistema, ubicado en el centro de datos del superordenador LUMI EuroHPC, en la localidad finlandesa de Kajaani, ha sido desarrollado desde 2021 por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF), la Agencia Espacial Europea (ESA), la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT) y más de cien socios públicos y privados.
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Está alojado en las instalaciones de un antiguo molino, lo que ha permitido reducir costes y reducir su impacto medioambiental, y ha contado con un presupuesto de 210 millones de euros de fondos comunitarios y en los próximos dos años recibirá otros 168 millones de euros adicionales para que siga creciendo y perfeccionándose.
Las modelizaciones del planeta generadas por la iniciativa suministrarán información para los sectores más afectados por el cambio climático y permitirán simular y predecir fenómenos complejos que afectan a la agricultura, la silvicultura, las energías renovables o el agua, con el objetivo de facilitar las decisiones de adaptación en un mundo cada vez más cálido.
Se podrá predecir, por ejemplo, cómo una tormenta afectará a la producción eléctrica o cómo habría que adaptar la infraestructura local en las ciudades en un escenario de calentamiento de 2 ºC.
De esa forma, permitirá afinar las predicciones hasta 2040 y seguirá avanzando en fases posteriores, ganando también en precisión, pues los dos primeros “gemelos” de la Tierra presentados este lunes ofrecen una resolución inicial de 9 kilómetros cuadrados que irá mejorando hasta los 4,4, kilómetros o incluso más.
“Nos permite hacer ‘zoom’ desde fuera hasta nuestro planeta”, dijo Vestager, que llamó a utilizar esta herramienta para cumplir la promesa de mantener el avance de las temperaturas por debajo de 1,5 ºC a final de siglo respecto a los valores preindustriales.
El proyecto, bautizado en inglés como Destination Earth (Destino la Tierra) y concebido para investigadores, científicos y responsables políticos, permitirá “explorar cómo evolucionará el sistema terrestre bajo diferentes escenarios de ‘qué pasaría si’ durante varias décadas”, indicó la Comisión Europea.
Todo el mundo puede usarlo, pero en distintos niveles. Ciertas aplicaciones están reservadas a centros de investigación y entidades públicas pues implican un enorme consumo de recursos de computación.
Bruselas espera que sirva para mejorar el diseño de las estrategias de adaptación al cambio climático y las medidas de mitigación más efectivas.
El sistema se nutre de la flor y nata de la tecnología comunitaria en supercomputación, datos e inteligencia artificial, lo que permitirá predecir mejor los impactos socioeconómicos de la crisis climática, y representa también un pilar de la apuesta europea por la computación avanzada.
“El uso de la inteligencia artificial en toda la iniciativa, en particular para desarrollar un modelo base del sistema terrestre, permitirá que Destino la Tierra se convierta en un proveedor único sobre el cual la industria europea pueda probar y construir nuevos productos y servicios impulsados por IA”, indicó la Comisión Europea.
En concreto, se podrán realizar simulaciones del sistema terrestre altamente precisas, interactivas y dinámicas, informadas por ricos conjuntos de datos observacionales que podrán usarse para anticipar los impactos regionales del cambio climático, los peligros naturales, los ecosistemas marinos o los espacios urbanos.
Esto permitirá “proteger la biodiversidad, gestionar el agua, los recursos de energía renovable o alimentarios, y mitigar los riesgos de desastres en un mundo cambiante”, indica la Comisión Europea.
Destino la Tierra también se podrá emplear para evaluar el impacto de las políticas climáticas y medidas legislativas existentes y mejorar la toma de decisiones en el futuro, además de reforzar las capacidades industriales y tecnológicas de Europa.
Junto con MareNostrum 5 en Barcelona (España) y Leonardo en Bolononia (Italia), LUMI es el tercer superordenador operativo de los cinco que pronto tendrá en funcionamiento la UE, por lo que “Europa no tiene nada que envidiar a nadie”, dijo Vestager.
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