Priorizar la inversión en salud para que esto tenga un impacto positivo en la población y las economías de América Latina es crucial para garantizar el bienestar de la población e impulsar el desarrollo económico de las naciones en la región, señaló la presidenta de la farmacéutica MSD en su división para Latinoamérica, Sarah Aiosa.
“Ver la salud como inversión y no un gasto (...) la mejor manera es con datos y hechos, enseñar el impacto tan grande que las enfermedades pueden tener en los sistemas de salud si no son tratadas a tiempo y que, si tenemos intervenciones más tempranas en el camino de un paciente, se puede prevenir y reducir el impacto”, dijo a EFE la especialista durante el marco del Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud que se realizó en Ciudad de México.
La directiva explicó que, si bien tras la pandemia por covid-19 se pusieron en la agenda temas como la inversión en políticas de salud y la importancia del bienestar de las personas, los esfuerzos son todavía insuficientes.
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Por ejemplo, detalló, los Gobiernos en América Latina siguen viendo la salud como un gasto y no una inversión, pese a que se ha demostrado que la prevención de las enfermedades es menos costosa que su tratamiento.
“En nuestra región hay muchos países que desafortunadamente no invierten el presupuesto, como es recomendado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)”, afirmó.
Aunque la OCDE sugiere que la inversión en salud sea de al menos 6% del producto interior bruto (PBI) de los países, en Latinoamérica los países no alcanzan ese monto, pues la media de inversión es del 3.5%.
“Sabemos que la salud de la población está muy relacionada con la salud económica, porque una población que es saludable puede contribuir más a la fuerza laboral, reduce el ausentismo y puede contribuir más, reforzar y endurecer la economía”, aseveró.
Así, puntualizó que una población sana es una población productiva.
Reforzar colaboración pública privada
Aiosa también exaltó la importancia de fortalecer la colaboración pública privada, especialmente en una región donde, en pocos años, la población comenzará a envejecer y demandará los servicios de salud.
“Entonces, va a requerir de todos los sectores de salud, trabajando mano a mano con los gobiernos y con la sociedad civil”, expuso.
Apuntó que, por ejemplo, si se pudiera invertir en vacunación, se podría eliminar el cáncer de cuello uterino, o prevenir enfermedades crónicas que, a la larga, se convierten en un importante gasto para el sector salud.
Especialmente, comentó, se necesita que existan condiciones legales y regulatorias que sean unificadas en la región para que medicamentos y vacunas se transfieran entre las naciones latinoamericanas con mayor agilidad, pues esta fue una de las lecciones que dejó la pandemia.
“Creo que hay varias lecciones de la pandemia, una es la importancia de tener cadenas de suministro resistentes y cercanía con los países de la región (...) ahí tenemos aprendizaje que no solo tenemos como industria, así como enfocarnos y depender de la producción en lugares lejos de nuestros países”, enfatizó.
También, argumentó, es clave la educación a la población en general, con un lenguaje sencillo y claro sobre temas de salud; aunado a la equidad en el acceso a las innovaciones y medicamentos.
“(Hay que) trabajar para tratar las enfermedades crónicas (...) para asegurar la equidad y el acceso para la mayoría de la población y no solo limitar ese acceso a varios grupos”, añadió.
Finalmente, resaltó que es importante reforzar los sistemas digitales de pacientes, tener acceso a datos confiables, además de trabajar de manera común en los procesos regulatorios y en conjunto entre el sector público y privado para mejorar la inversión en salud.
La empresa estadounidense MSD se encuentra enfocada actualmente en la innovación, el desarrollo y los ensayos clínicos en áreas como la oncología, las vacunas, las enfermedades infecciosas, los trastornos cardiometabólicos, la inmunología y la neurociencia.