Los inversores anticipan que la moneda argentina se verá sometida a una presión cada vez mayor semanas después de que el nuevo presidente, Javier Milei, la devaluara en un 54%, una señal de que el mercado se está debilitando con sus medidas iniciales.
Mientras el equipo económico de Milei se preparaba para reunirse con el staff del Fondo Monetario Internacional el viernes para restablecer el programa de US$ 44,000 millones del país, el peso se venía debilitando en los mercados paralelos utilizados para eludir los controles cambiarios. Tocó un nuevo mínimo el jueves, con riesgo de avivar la inflación, que ya habría superado el 200% el mes pasado, según estimaciones.
Milei devaluó drásticamente el peso en su primera semana en el cargo y desmanteló los controles de precios de miles de productos, lo que provocó grandes aumentos de precios. A pesar del incremento, el banco central cambió su herramienta de referencia para la política monetaria en un intento por reducir los costos de endeudamiento, recortando efectivamente las tasas de interés del 133% al 100% para liberar pesos para los bancos locales y fortalecer la demanda de bonos del Tesoro.
Las autoridades también han seguido devaluando el peso —cuyas oscilaciones controlan— a un ritmo del 2% mensual, una regularidad que los analistas dicen no se mantendrá por mucho tiempo con aumentos de precios de diez veces ese nivel.
“A partir de mediados de enero comenzarán a aparecer las presiones en el frente cambiario”, escribió Adrian Yarde Buller, economista jefe de Facimex en Buenos Aires, en una nota a los clientes. “Creemos que el crawling peg al 2% intermensual no es sostenible”. Añadió que prevé que los inversores “dolarizarán las carteras”.
Algunos inversores locales ya se están dirigiendo hacia el dólar. El tipo paralelo se debilitó por quinta sesión consecutiva el jueves, a 1,070 por dólar (el tipo oficial es de 811).
La reducción drástica de las tasas de interés también tuvo un efecto en cadena sobre los depósitos bancarios a 30 días, uno de los instrumentos de ahorro más comunes en Argentina que actualmente paga un 186% anualizado. Como resultado, los argentinos han retirado dinero de sus depósitos y lo han consignado en sus cuentas corrientes, añadiendo liquidez en pesos que podría ejercer presión sobre la moneda.
El dinero que los argentinos tienen en cuentas corrientes y de ahorro creció un 43% en los primeros 17 días de la Administración de Milei, mientras que el dinero que tienen en depósitos a plazo fijo solo aumentó un 3%, según datos del banco central al 27 de diciembre, los más recientes disponibles.
“La gente no está renovando sus depósitos de certificados ni colocándolos en cuentas a la vista, acortando el vencimiento de sus ahorros”, dijo en una entrevista telefónica Melina Eidner, economista de la corredora local PPI. “El aumento de liquidez es un riesgo para la inflación”.
Si bien el FMI aplaudió las primeras medidas de Milei, las depreciaciones inminentes del peso resurgirán en los debates sobre política monetaria, el talón de Aquiles de la saga más reciente del país con el banco que comenzó en 2018.
Los exportadores e importadores, que en gran medida están atados al tipo de cambio oficial, ya detectan también otra venta masiva de divisas. Los exportadores vendieron un promedio de US$ 147 millones por día esta semana, un 40% menos que en las primeras tres semanas del Gobierno Milei. Los importadores también han rechazado de manera reiterada las subastas de bonos del Gobierno con el objetivo de ayudarlos a pagar las deudas contraídas con proveedores en el extranjero.
Es un cambio de tono relevante frente a las dos primeras semanas de Milei en el cargo, que estuvieron marcadas por un repunte en los bonos soberanos y calma en los mercados de divisas. La brecha entre los tipos de cambio se redujo drásticamente, los bonos subieron a máximos de dos años y el Gobierno realizó una venta récord de deuda en pesos.
El banco central aprovechó el sosiego y aumentó sus reservas extranjeras en US$ 3,000 millones (un respiro para un país que adeuda aproximadamente US$ 1,000 millones en pagos de intereses a los tenedores de bonos la próxima semana), aunque sus pasivos aún superan el efectivo disponible.
“El peso paralelo se debilitará nuevamente en los próximos meses”, afirmó Mateo Reschini, estratega sénior de portfolio onshore de Inviu. “El banco central tendrá que hacer otra fuerte devaluación del peso cuando quiera salir de las restricciones cambiarias. Y eso sin duda repercutirá en la inflación”.