Mujeres indígenas han adoptado nuevas técnicas agroecológicas para luchar contra la crisis climática y salvar las abejas en el sureste de México, país con 2.000 especies de estos insectos, el 10% de la diversidad en el mundo, según investigadores del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).
Apicultoras de Chalchiuitán, en el estado de Chiapas, han adoptado técnicas agroecológicas para mantener la economía familiar y el cuidado del medioambiente.
Aunque la actividad apícola es muy arraigada desde hace siglos en las comunidades indígenas del sur de México, las nuevas prácticas han captado la atención de la nueva generación de emprendedores, según comentó a EFE Apolonia Gómez López, mujer del pueblo tsotsil de Chalchiuitán.
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“Las abejas son muy importantes, son medicinales, muy productivas, si trabajamos bien genera ingreso, traen todo las abejas”, relató la mujer indígena.
Las mieles de la biodiversidad
México tiene una de cada 10 especies de abejas conocidas en el mundo y solo en Chiapas hay unas 500 nativas, la cuarta parte de la diversidad del país, según indicó a EFE el investigador Remy Vandame, de Ecosur
La Secretaría de Agricultura del Gobierno reporta que en Chiapas existen 161.822 colmenas repartidas entre 4,778 apicultores, y en su mayoría son mujeres quienes han tomado el liderazgo y adoptado las medidas sostenibles como nuevas técnicas agrícolas y de producción, ante el fenómeno de personas que emigran.
“Mi esposo se fue a los Estados Unidos, todas sus colmenas las dejó abandonadas, yo pedí ayuda con Apo (Apolonia) y su hermana, ellas me enseñaron a trabajar las abejas, ya llevo dos años. De seis cajas que tenía hoy tengo 15″, contó Verónica Gómez Nuñez, indígena tsotsil de la escuela ‘Campo Namtic’.
Verónica presumió de su logro como productora apícola y vislumbró en medio del zumbido de las abejas el patrimonio que está construyendo para sus hijos.
“Tengo un hijo de 12 años, ya le voy enseñar cómo echar el humo para que me ayude”, dijo la mujer.
Un paso contra la crisis ambiental
El investigador del Colegio de la Frontera resaltó el trabajo de los apicultores, pero advirtió de retos a superar, como el bajo precio del mercado internacional, consecuencia de la miel producida de China, entre otros factores.
También alertó de la deforestación, el uso de agroquímicos, el crecimiento poblacional y la inseguridad en el estado, donde grupos criminales se roban o destruyen las colmenas.
Y destacó la crisis climática, pues hay ciertas especies de abejas que pierden área de distribución.
Tan solo en Chiapas, más de la mitad del territorio vive condiciones de sequía, según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que advierte que casi el 60% de México tiene un grado de sequía moderada a severa.
Ante este panorama, la Secretaría de Agricultura en Chiapas desde hace cuatro años ha trabajado en las escuelas de campo para conseguir una estrategia integral que ayuda a la reforestación y cuidado de las abejas para continuar manteniendo una calidad del producto y el medio ambiente.
Chalchiuitán está a tres horas de Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de Chiapas y es un municipio con poco más de 20,000 habitantes catalogado de alta marginación.
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