El Mercosur celebró este lunes en Asunción una cumbre marcada por la ausencia del presidente argentino, Javier Milei, que despertó críticas de sus colegas en momentos en que el bloque se ve estancado por la falta de avances hacia un acuerdo con la Unión Europea.
Los presidentes presentes en la 64a cumbre de Mercosur - el brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, el uruguayo Luis Lacalle Pou, el boliviano Luis Arce y el anfitrión, Santiago Peña-, lamentaron la falta de integración del bloque regional y una tendencia a verse menoscabado por diferencias ideológicas.
“Si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes. Yo le presto importancia al Mercosur. Y si realmente creemos en este bloque, deberíamos estar todos”, dijo el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou.
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Lacalle Pou se refería a Milei, un economista ultraliberal que lleva a cabo una profunda reforma del Estado en Argentina, y quien faltó a la cita después de haber cruzado vilipendios con Lula, acusándolo de “zurdito” con el “ego inflamado”.
“Los que conocen América Latina reconocen el valor del Estado como promotor y planificador de desarrollo”, sostuvo Lula en su discurso, en una alusión a las reformas del mandatario argentino, quien ha dicho que le “encanta” destruir el Estado desde adentro, como “un topo”.
“No tiene ningún sentido recurrir a nacionalismos arcaicos y aislacionistas. Tampoco se justifica revivir experimentos ultraliberales que han exacerbado las desigualdades”, prosiguió Lula, al decir que nunca antes el Mercosur había tenido tantos desafíos, regionales y mundiales.
Coincidió el presidente paraguayo en declaraciones a periodistas. “El Mercosur avanzó mucho en la década de los 1990, pero en los 2000 (...) hubo un cambio en la tendencia con un sesgo ideológico que hizo desintegrar al bloque”, afirmó Peña. “Estamos un poco con fatiga de integración”.
“No tenemos por qué estar de acuerdo, pero sí tenemos que poder escuchar distintas opiniones. Espero que alcancemos como grupo esta madurez”, dijo de su lado la canciller argentina, Diana Mondino, en representación de Milei.
Más flexibilidad
Mondino criticó el “exceso de regulaciones” del bloque regional, con las cuales, en lugar de defenderse de otros mercados, los países miembros acabaron limitando sus propias exportaciones.
“El Mercosur dejó de ser una válvula de escape para volverse un corsé que nos inmoviliza”, sostuvo Mondino al abogar por “terminar con las barreras arancelarias” y dejar de ser un bloque “chiquito, protegido, miedoso”, en una postura opuesta a la tradicional tendencia proteccionista de Argentina.
La flexibilidad -que permita a los miembros del bloque negociar acuerdos con terceros sin la anuencia de sus socios-, es un viejo reclamo de Uruguay, que asume ahora la presidencia semestral del grupo y la dedicará a impulsar un acuerdo con China.
La misión es difícil, ya que Paraguay carece de relaciones con el país asiático debido a que reconoce a Taiwán como la República de China, algo que Pekín no tolera.
“No estamos cerrados a la negociación como bloques, pero no estamos dispuestos a renunciar a una negociación de más de 66 años con la República de China”, explicó Peña al ser consultado sobre si aprobaría un TLC con Pekín.
En una nota más optimista, Lula y sus colegas destacaron un exitoso acuerdo reciente con Singapur, que rompió más de una década de letargo al ser suscrito en diciembre, y el lanzamiento la semana pasada de negociaciones con Emiratos Árabes Unidos.
Acuerdo con UE estancado
El encuentro tiene lugar además en medio del estancamiento de las tratativas para un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE), que se negocia hace más de 20 años y que prevé eliminar la mayoría de los aranceles entre las dos zonas, lo que crearía un espacio comercial de más de 700 millones de consumidores.
Para Lula, el acuerdo con la UE no se ha alcanzado “únicamente porque ellos no han podido solucionar sus contradicciones internas”.
El acuerdo es resistido por algunos países europeos, principalmente Francia, cuyo sector agropecuario teme la competencia de los productos agrícolas sudamericanos. “Creo que la ideología está perjudicando la unión entre el Mercosur y la UE”, dijo por su parte Lacalle Pou.
En esta cumbre, el boliviano Luis Arce formaliza el ingreso de su país al bloque tras haber promulgado la ley de adhesión el viernes, días después de haber sofocado lo que calificó como un intento de golpe de Estado en La Paz.
Los países del Mercosur condenaron el episodio, excepto Argentina, que lo consideró un “fraude”. Mondino dijo tras las declaraciones de sus colegas: “Ningún golpe de Estado ni ataque a la democracia es aceptable”.
Fundado en 1991, el Mercosur es el principal receptor de inversiones extranjeras en Sudamérica y tiene un PBI de US$ 2,86 billones.