Un equipo científico ha elaborado el atlas de células cardíacas humanas “más detallado y completo hasta la fecha”, que incluye el tejido especializado del sistema de conducción cardíaca, donde se origina el latido del corazón.
El equipo está dirigido por el Instituto Wellcome Trust Sanger del Reino Unido y el Instituto Nacional del Corazón y Pulmones del Imperial College de Londres, y también ha presentado una nueva herramienta computacional llamada Drug2cell, que puede aportar información sobre los efectos de los medicamentos en el ritmo cardíaco.
El estudio forma parte de la iniciativa internacional Human Cell Atlas, que está cartografiando todos los tipos celulares del cuerpo humano para “transformar nuestra comprensión de la salud y la enfermedad”, detalla el Wellcome.
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El trabajo, que representa ocho regiones del corazón humano, describe 75 estados celulares diferentes, incluidas las células del sistema de conducción cardíaca -el grupo de células responsables de los latidos del corazón-, que “hasta ahora no se conocían con tanto detalle en el ser humano”.
Comprender la biología de las células del sistema de conducción y sus diferencias con las células musculares allana el camino a terapias para mejorar la salud cardíaca y desarrollar tratamientos específicos para las arritmias.
El estudio desenterró algunos descubrimientos inesperados, según los investigadores. Entre ellos, una estrecha relación entre las células del sistema de conducción y las células gliales.
Estas últimas forman parte del sistema nervioso y tradicionalmente se encuentran en el cerebro.
Esta investigación sugiere que las células gliales están en contacto físico con las células del sistema de conducción y pueden desempeñar una importante función de apoyo: comunicarse con las células marcapasos -que producen impulsos eléctricos que hacen latir el corazón-, guiar las terminaciones nerviosas hacia ellas y favorecer su liberación de glutamato, un neurotransmisor.
Otro hallazgo clave es una estructura inmunitaria en la superficie externa del corazón. Contiene células plasmáticas que liberan anticuerpos en el espacio que rodea al corazón para evitar infecciones procedentes de los pulmones cercanos.
En cuanto a Drug2cell, la herramienta puede predecir dianas farmacológicas y efectos secundarios de los medicamentos -utiliza la base de datos CheEMBL, que reúne millones de datos químicos, bioactivos y genómicos-.
Michela Noseda, del Imperial College de Londres y autora principal del estudio, señala que “a menudo desconocemos por completo el impacto que tendrá un nuevo tratamiento en el corazón y sus impulsos eléctricos”.
“Nuestro equipo ha desarrollado Drug2cell para mejorar la evaluación de nuevos tratamientos y saber cómo pueden afectar al corazón y, potencialmente, a otros tejidos”.
“Esto podría proporcionarnos una herramienta inestimable para identificar nuevos fármacos dirigidos a células específicas, así como ayudar a predecir cualquier posible efecto secundario en una fase temprana del desarrollo del medicamento”.
Fuente: EFE
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