El proyecto de ‘ley ómnibus’ que impulsa el presidente de Argentina, Javier Milei, será sometido este martes a una discusión “artículo por artículo” en la Cámara de Diputados, un trámite que pone a prueba la capacidad negociadora del oficialismo antes de remitir la iniciativa al Senado.
Tras tres jornadas de un tenso debate la semana pasada en el pleno de la Cámara Baja, el proyecto de Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos fue aprobado en general el pasado viernes por 144 votos a favor y 109 en contra.
Pero la formación gobernante de ultraderecha La Libertad Avanza, tercera minoría en el Parlamento, optó por aplazar la votación en particular -artículo por artículo- de la iniciativa hasta este martes, cuando la sesión en la Cámara Baja se retome a las 14.00 horas (17.00 GMT).
El oficialismo decidió así ganar tiempo para negociar con sectores de la oposición considerados ‘dialoguistas’ -que ya respaldaron el proyecto en general- los apoyos necesarios para la votación del articulado de la iniciativa, que sienta las bases del programa de Gobierno libertario de Milei y que es rechazado de plano por los bloques parlamentarios de la izquierda y del frente peronista Unión por la Patria (primera minoría).
Tras recortar a casi un tercio el proyecto original, para la votación en general el oficialismo contó con el apoyo del bloque aliado Propuesta Republicana (Pro, centroderecha) y de las fuerzas opositoras Unión Cívica Radical, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal.
Pero entre estos últimos hay parlamentarios que se niegan a votar a favor de ciertos artículos muy controvertidos, en concreto la concesión de amplias facultades al Ejecutivo para gobernar y llevar adelante reformas profundas, no sólo económicas, sino también sociales, en un contexto en extremo difícil, con cuentas públicas en rojo, una economía estancada, inflación disparada y pobreza en aumento.
Son las herramientas que Milei alega que necesita para sacar al país de su “decadencia”, pero sus pretensiones se topan con la negativa de sectores opositores que no están dispuestos a que el Parlamento le delegue facultades extraordinarias en amplios ámbitos de la Administración para dictar medidas sin necesidad de ser aprobadas por el Congreso.
También hay fuerte resistencia a dar vía libre al Ejecutivo para privatizar cerca de 40 empresas estatales.
El texto con los artículos que finalmente queden aprobados en la votación en particular será girado al Senado para su tramitación, primero en comisiones y luego, de obtener dictamen positivo, en el pleno.
Allí el oficialismo, en minoría, tendrá un desafío mayúsculo. El Senado es la cámara de representación legislativa de las provincias de Argentina, ninguna de ellas gobernada por los libertarios.
En esta instancia resultará clave la negociación del Ejecutivo con los gobernadores de provincias, quienes, en medio del fuerte ajuste fiscal emprendido por Milei, reclaman al Gobierno un mayor reparto con las provincias de la recaudación de ciertos impuestos federales, una discusión que el Ejecutivo pretende dejar para más adelante, una vez que se apruebe su famosa ‘ley ómnibus’.