Cálido y mimoso son adjetivos que rara vez vienen a la mente cuando se piensa en las serpientes de cascabel, pero un nuevo estudio podría cambiar esa imagen.
La investigación, de la estadounidense Universidad de Loma Linda, cerca de San Bernardino (California), busca demostrar que esos ofidios venenosos parecen sentirse cómodos cuando están cerca de su misma especie, como sucede con las personas.
Según el estudio, publicado esta semana en la revista Frontiers in Ethology, las serpientes parecen sentir bienestar cuando se retuercen en una especie de abrazo grupal con otras serpientes de cascabel.
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Los hallazgos, de Chelsea Martin, estudiante de doctorado en biología de Loma Linda, y su asesor William Hayes, profesor de Ciencias Biológicas y de la Tierra, cuestionan la idea de que los reptiles son cazadores solitarios que muestran escasos comportamientos sociales complejos.
La etología, el estudio del comportamiento animal, reconoce desde hace tiempo que aves y mamíferos, incluidos los humanos, se sienten cómodos cuando están físicamente cerca de los de su misma especie. Esta proximidad tiende a relajar a los reptiles, disminuye su ritmo cardiaco y reduce el estrés, afirma Hayes.
“Por desgracia para las serpientes de cascabel y otros vertebrados e invertebrados inferiores, rara vez les reconocemos ese mérito”, afirma Hayes. “La gente está deseando simplemente cortarles la cabeza”, dijo el experto, y añadió que “los animales son sensibles, capaces de emociones”.
La idea del estudio se le ocurrió a Hayes en su tiempo libre, cuando a menudo tiene que lidiar con cascabeles capturados por propietarios de viviendas en las montañas del sur de California.
Al meterlas en un cubo para llevarlas sanas y salvas a su hábitat natural, observa que cuando hay dos o más, el traqueteo tiende a calmarse.
El efecto tranquilizador que se produce cuando están cerca de las de su misma especie se denomina amortiguación social. “Nos dice que cuando están con otra serpiente disminuye su respuesta de estrés”, explica Martin. “Nunca se había observado en reptiles. Es algo que hacen los humanos”
Para medir los niveles de estrés de las serpientes, Martin utilizó un pulsómetro diseñado para humanos. “Nos permite saber, como humanos, que no somos tan diferentes de estas serpientes”, explció. “Están haciendo algo que nosotros hacemos”.
Fuente: Reuters
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