Las alzas de las tasas de inflación que Venezuela ha registrado en los últimos cinco meses, hasta cerrar 2022, en el 305.7% interanual, según estimaciones independientes, despierta el temor de volver a caer en hiperinflación, un proceso que atravesó durante cuatro años hasta finales de 2021 y que empobreció a millones de ciudadanos.
La nación acumula cinco meses consecutivos con alzas de dos dígitos, indicó el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un ente independiente integrado por especialistas, según el cual la inflación en agosto fue de 17.3%, en septiembre de 11.5%, en octubre de 14.5%, en noviembre de 21.9% y en diciembre de 37.2%, la más alta en los últimos 22 meses.
Es por esta razón que el OVF, cuyas estadísticas son usadas como referencia ante los retrasos en la publicación de cifras oficiales, alertó de que las recientes “pronunciadas aceleraciones” de la inflación “pudiesen colocar a la economía ante el peligro de un rebrote hiperinflacionario, que está tomando fuerza con la sostenida devaluación del bolívar”, la moneda local.
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La causa
La economista Litsay Guerrero explicó a EFE que “si se siguen dando las condiciones” que impulsan la aceleración del aumento de precios y la inflación alcanza nuevamente el 50% mensual -base para que un país entre en hiperinflación-, Venezuela “tendrá este” problema “nuevamente, con las consecuencias lamentables para los sectores más vulnerables”.
Entre esas condiciones, la también investigadora del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) destacó el incremento que ha registrado el precio oficial del dólar, sobre todo a partir del segundo semestre de 2022, cuando arrancó en 5.55 bolívares y cerró en 17.48, un aumento del 215% que tuvo un impacto en los bienes y servicios, al estar estos calculados en dólares como referencia.
Según expertos, entre ellos Guerrero, el Gobierno de Nicolás Maduro flexibilizó, entre julio y diciembre, su plan para controlar la inflación a través de la reducción del gasto público, ya que pagó diversas bonificaciones a los trabajadores, que han exigido en múltiples protestas un aumento del salario, equivalente a unos US$ 6 al mes.
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El pago de estas “bonificaciones a empleados” incrementó la circulación de bolívares, necesarios para comprar dólares, lo que provocó un aumento del precio de la divisa y, por ende, un encarecimiento de los bienes y servicios.
Según Cedice, la inflación alcanzó un 55% en diciembre en tres de las principales ciudades del país, entre ellas Caracas, por lo que advirtió que la nación “puede caer nuevamente en un proceso de hiperinflación”.
La tendencia al alza del precio del dólar se ha mantenido en lo que va de 2023, al alcanzar este viernes los 19.45 bolívares, un aumento de casi un 11% en los primeros 13 días del año.
Todavía “es muy pronto”
Por su parte, el economista Luis Arturo Bárcenas, jefe de la firma Ecoanalítica, dijo a EFE que es “muy pronto para hablar de hiperinflación”.
Aseguró que, si bien “en términos mensuales el ritmo de crecimiento se está acercando al rango del 50%, todavía no es evidenciable un entorno de precios como el vivido en 2018″, un año que cerró con una inflación de 130.060%, según el Banco Central (BCV).
En ese momento, señaló, se registraban “crecimientos de precios en días muy similares a lo que se veía en otros países en semanas o, incluso, en meses”, al tiempo que la moneda local perdía vertiginosamente su valor, cediéndole terreno al dólar, que la ciudadanía adoptó de manera no oficial en un intento por proteger sus ingresos.
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Para Bárcenas, “es difícil, por ahora, que Venezuela entre en un entorno de hiperinflación” debido a que la dolarización “ha permitido, en parte, que la pérdida del valor del bolívar no sea tan vertiginosa como lo era antes”, pues los precios “heredan la estabilidad del dólar como moneda de reserva”.
Además, indicó que el Gobierno tiene un “interés explícito” en evitar incrementos exacerbados de los precios, sobre todo ante las venideras elecciones presidenciales, previstas para 2024, por lo que es previsible que, de ser necesario, tome medidas, como restringir aún más su gasto o permitir que la banca financie en divisas para bajar la emisión de bolívares.
Y aunque no esté en hiperinflación, el país atraviesa “un momento difícil en materia de precios”, con una “inflación crónica” que Ecoanalítica estima cerró 2022 cerca del 320%, algo que “no lo tiene ningún país en el mundo” y hace que el “venezolano siga teniendo problemas para acceder a bienes y servicios esenciales”, agregó el experto.
Fuente: EFE.