Ucrania sufrió un brutal invierno (a inicios de año). Rusia lanzó misiles contra infraestructura civil y energética, en un intento por aterrorizar a la población y cortar brotes verdes de crecimiento económico. Tuvo algo de éxito: un indicador de confianza basado en encuestas a empresas ucranianas tocó fondo en enero.
Pero con el inicio de su contraofensiva militar, la economía de Ucrania también ha comenzado a avanzar. En abril y mayo, el mencionado indicador de confianza señalaba una expansión económica.
Las ofertas de puestos de trabajo continúan incrementándose, pues los negocios buscan trabajadores. Las proyecciones son cada vez más optimistas. La firma de inversión Dragon Capital, basada en Kiev, espera que el PBI del país crezca 4.5% este año.
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No obstante, hay un largo camino por recorrer: la economía ucraniana se contrajo más de un tercio al inicio de la guerra. La agricultura ha sido fuertemente golpeada por el colapso de la represa de Kajovka (el pasado 6 de junio) y muchas plantas de hierro y acero están destruidas o ubicadas territorio ocupado por Rusia.
Asimismo, los inversionistas foráneos están comprensiblemente cautelosos y muchos trabajadores se encuentran combatiendo o han abandonado el país.
El primer paso
Con el fin de determinar cómo contribuir con la recuperación de Ucrania, funcionarios de su Gobierno, financistas y empresarios se reunieron en Londres el 21 y 22 de junio.
La primera orden del día fue la inmediata reconstrucción del país, de modo que pueda cubrir las necesidades básicas de su población, en especial el próximo invierno.
Ucrania ha solicitado US$ 14,000 millones para este año, de los que una parte serán transferencias a las familias para que reconstruyan sus viviendas y a empresas para que reparen sus negocios. Hasta ahora, solo se ha obtenido una porción de esos fondos.
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El país también necesita dinero para su recuperación a largo plazo. En marzo, la Unión Europea (UE), la ONU, el Banco Mundial (BM) y el Gobierno ucraniano fijaron en US$ 411,000 millones el costo de esa recuperación para un periodo de diez años —eso fue antes de la destrucción de la represa de Kajovka—.
La Corporación Financiera Internacional, perteneciente al BM, cree que dos tercios del dinero tendrá que provenir de fuentes públicas debido a la dificultad de atraer dinero privado. Esto representará un costo anual de 0.1% del PBI de Occidente en el mismo periodo.
En la cita en Londres, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (el más alto cargo de la UE), propuso que dicho bloque provea el 45% de los fondos hasta el 2027 en forma de subvenciones y préstamos.
El siguiente paso
Luego vienen las reformas. Expertos de países donantes están impresionados por lo que Ucrania ha logrado hasta ahora estando bajo condiciones de guerra.
El país ha completado un programa del FMI y prosiguió con cambios para mejorar la transparencia de las transacciones inmobiliarias y de las adquisiciones del sector público.
Eso significa que los donantes internacionales pueden usar la elogiada plataforma online Prozorro, implementada por el Gobierno ucraniano, que permite que la información sea pública y digitalmente accesible.
El país también ha completado dos de siete reformas judiciales y anticorrupción requeridas para abrir las negociaciones formales para ingresar a la UE.
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Integración eléctrica
Por su parte, la integración de mercados eléctricos entre Ucrania y la UE muestra el valor de seguir avanzando. Planificado desde hace buen tiempo como parte de un giro hacia Occidente, el proceso se aceleró tras la invasión rusa.
Esta transformación incluyó ajustes técnicos y difíciles reformas de mercado en el lado ucraniano, a fin de crear un mercado al por mayor competitivo y abierto.
“Fue bastante osado que los políticos de la UE hicieran realidad la integración tan rápidamente”, señala Maxim Timchenko, CEO de DTEK, una de las mayores compañías energéticas de Ucrania.
La osadía ha dado resultado. Ucrania y la EU ya pueden comerciar electricidad y los inversionistas han comenzado a prestar atención al vasto potencial del país para las energías verdes.
La inversión privada
La pregunta es si esa inversión privada realmente arribará. Bajo condiciones de guerra, es usual que los inversionistas necesiten algún tipo de garantía de una entidad estatal para animarse a dar el salto.
Una idea que fue considerada en la cita de Londres fue que los donantes no solo proporcionen garantías o seguro de guerra, sino que ayuden a apuntalar un mercado de reaseguros.
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Si tales garantías pueden llegar a ser acordadas, el paso final será aprovechar las oportunidades, las cuales deberían ser abundantes teniendo en cuenta la cantidad de ayuda que está llegando y el potencial económico del país.
Incluso, algunos observadores piensan que la inversión privada podría sobrepasar los US$ 411,000 millones que se estima serán necesarios para la reconstrucción a largo plazo de Ucrania.
Pero eso ocurriría únicamente si todo va de acuerdo con lo planeado. Los reformadores ucranianos necesitarán inspirarse en la bravura de sus compatriotas en el campo de batalla. Los inversionistas extranjeros también tendrán que hacerlo.
(Traducido por Antonio Yonz Martínez)
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