
El candidato ultraconservador José Antonio Kast fue elegido presidente de Chile de forma contundente el domingo, impulsado por el creciente temor a la delincuencia y la inmigración descontrolada, en el giro a la derecha más drástico de la nación latinoamericana en décadas.
Con casi el 100% de los votos escrutados, Kast obtuvo el 58%, seguido por la comunista Jeannette Jara con el 42%, según el organismo electoral Servel.
“Los cambios comenzarán de inmediato”, dijo Kast en su discurso de victoria en su sede en el acomodado distrito empresarial de Las Condes en Santiago, donde durante horas los conductores agitaron banderas chilenas desde las ventanas y tocaron bocinas en celebración. “Pero los resultados no se van a ver al día siguiente, eso requerirá perseverancia”.
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Kast, un exlegislador de derecha e hijo de inmigrantes alemanes llegados tras la guerra, asumirá el cargo el 11 de marzo prometiendo un “gobierno de emergencia” para actuar con rapidez contra la migración irregular y reducir impuestos y el gasto público.
Kast adoptó un tono conciliador, tendiendo la mano a la oposición al afirmar que se necesitan mutuamente para enfrentar el crimen organizado y otros problemas. “Chile volverá a estar libre de crimen, libre de la angustia, libre del temor”.

Advirtió sobre “un año muy duro, porque las finanzas del país no están bien”. Chile, uno de los países más ricos de América Latina y el mayor productor de cobre del mundo, ha experimentado incertidumbre bajo el mandato del presidente de izquierda saliente, Gabriel Boric, y más de una década de crecimiento económico débil.
Kast también moderó la retórica antiinmigrante que utilizó en la campaña, distinguiendo entre quienes, como médicos extranjeros, trabajan para ayudar a Chile y quienes están en situación irregular.
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“No nos pidan aquellos migrantes irregulares que gastemos fondos sociales para ustedes. Nosotros queremos recibirlos, pero cumpliendo la ley”, dijo. “El que no cumpla la ley, se tiene que ir”.
Las pasiones estaban desbordadas en las sedes de ambos candidatos a medida que avanzaba la noche, con discursos cargados de odio de los dos lados. Hubo referencias nazis resonando entre la multitud pro-Jara y consignas anticomunistas entre los seguidores de Kast. Cuando la multitud abucheó a Jara, Kast pidió a sus simpatizantes mantener silencio y respetar a la oposición.
Desafíos futuros
Desde el primer día, Kast, de 59 años y padre de nueve hijos, enfrentará importantes desafíos, incluido un Congreso dividido y demandas generalizadas de resultados rápidos.
“Es crucial que Kast empiece a trabajar mañana”, dijo Klaus Kaempfe, jefe de inversiones de Credicorp Capital. “Tiene poco tiempo antes de que termine la luna de miel”.
Los inversionistas llevan meses celebrando la victoria de Kast en la segunda vuelta: con diferenciales de bonos frente a los del Tesoro de EE.UU. en niveles no vistos desde antes de la crisis financiera global de 2008, acciones en máximos históricos y el costo de asegurar la deuda chilena contra un impago de vuelta a niveles prepandémicos.
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El peso se ha apreciado casi un 10% este año. Los mercados subieron el viernes en anticipación al triunfo de Kast y se espera que extiendan las ganancias el lunes.
“El apoyo de la sociedad para el crecimiento y la seguridad pública debería mantener un sesgo positivo para los activos chilenos, especialmente en el contexto de términos de intercambio históricamente favorables y una perspectiva de inversión en mejora”, dijo Andrés Perez, economista jefe para América Latina en Banco Itaú.
Kaempfe dijo que el índice bursátil IPSA “podría saltar otro 3% con las elecciones, pero necesita medidas adicionales y un gabinete para continuar subiendo”.

Los inversionistas cuentan con Kast para reactivar la economía de Chile. Él ha prometido reducir la tasa corporativa para empresas medianas y grandes desde 27% a 23%, acelerar la expansión económica desde aproximadamente el 2.5% actual a 4% y agilizar las regulaciones.
Una de sus propuestas más audaces y controvertidas es el compromiso de recortar US$ 6,000 millones en gasto público en 18 meses sin reducir beneficios sociales. Los críticos dicen que el plan es técnicamente irrealizable y poco probable de aprobar en un Congreso fragmentado, lo que destaca lo que muchos ven como la mayor desventaja política de Kast: experiencia limitada negociando fuera de su círculo cercano.
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“No es una persona que tiene el músculo del acuerdo bien entrenado”, dijo Axel Callis, sociólogo y director de la encuestadora Tuinfluyes.com. “En ese sentido le va a costar”.
Kast también corre el riesgo de sobreestimar el apoyo popular a medidas extremas, como hizo Boric cuando asumió en 2022.
“Hace cuatro años, Boric ganó también por mayoría, pero malinterpretó el mandato e intentó implementar reformas demasiado radicales”, dijo Patricio Navia, profesor de ciencia política en la Universidad de Nueva York.
Órbita de derecha
A nivel regional, el triunfo de Kast representa el último rechazo a la izquierda en América Latina tras la victoria del partido de Javier Milei en las elecciones de medio término en Argentina y el fin de 20 años de gobierno socialista en Bolivia con Rodrigo Paz. Los votantes en Perú, Colombia y Brasil acudirán a las urnas el próximo año.
En contraste con Boric, quien criticó públicamente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Chile ahora emerge como otro aliado de EE.UU. en una región que en las últimas décadas se había inclinado crecientemente hacia China. China es el principal socio comercial de Chile.
En una publicación en X, Milei dijo el domingo que estaba seguro de que trabajaría con Kast para que “América abrace las ideas de la libertad y podamos liberarnos del yugo opresor del socialismo del Siglo XXI”. Luego compartió un mapa que mostraba un continente ampliamente dividido.
Su victoria es el inicio de “un nuevo ciclo político marcado fundamentalmente por la lógica del cambio”, dijo Marco Moreno, director del Centro Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central de Chile. El gobierno de Kast estará impulsado por esfuerzos para “enfrentar el tema de la crisis de seguridad con medidas mucho más duras y restrictivas, y la migración”.
El secretario de Estado Marco Rubio dijo que EE.UU. espera fortalecer sus lazos comerciales con Chile y elogió sus prioridades compartidas de “reforzar la seguridad pública” y “terminar con la inmigración ilegal”.
Aunque Kast evita las comparaciones, su agenda lo alineará con otras administraciones globales de derecha. En los últimos años, se ha reunido con la líder italiana, Giorgia Meloni, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y el primer ministro húngaro, Viktor Orban. También ha defendido al expresidente brasileño Jair Bolsonaro, condenado por conspirar para un golpe de Estado tras su derrota electoral en 2022.
Kast había moderado su retórica socialmente conservadora en la campaña este año, particularmente en temas como el aborto, que habían alejado a moderados en sus dos postulaciones previas.
“La elección de Kast subraya la profundidad de la crisis de confianza de Chile en sus instituciones políticas”, dijo Peter Siavelis, profesor de política en Wake Forest University. “El resultado debe entenderse como otra expresión de desconfianza hacia las élites políticas y los arreglos de gobierno, más que como un mandato para una transformación conservadora de la sociedad chilena”.
El equipo más cercano de Kast incluye figuras ajenas al tradicional establishment tecnocrático chileno. Entre los leales que se espera que ocupen cargos clave están el principal asesor económico Jorge Quiroz, el economista Bernardo Fontaine, el exdiputado Rodrigo Álvarez y el empresario Alejandro Irarrázaval. Tras avanzar a la segunda vuelta el mes pasado, Kast también obtuvo el respaldo de economistas destacados que habían apoyado a la rival de centroderecha Evelyn Matthei.
Abogado de formación, fundador del Partido Republicano y diputado durante 16 años, Kast no tiene experiencia en el Poder Ejecutivo. Aun así, ha recorrido Chile durante más de una década y conoce las prioridades de la población mejor que nadie, dijo el asesor Iván Poduje en una entrevista el mes pasado.
“La democracia habló fuerte y claro”, dijo Jara en una publicación en X al reconocer la derrota. Miembro del centenario Partido Comunista de Chile desde los 14 años, ella lideró una coalición de partidos de izquierda y centroizquierda para enfrentar a Kast, con un enfoque en temas sociales y seguridad. Ahora está posicionada para encabezar la oposición de izquierda del país.
Esta fue la primera elección presidencial de Chile bajo nuevas reglas que obligan a votar a todos los adultos, incluidos residentes legales por más de cinco años.
Anteriormente, Kast y Boric realizaron una llamada telefónica televisada tradicional, subrayando el historial de Chile de transiciones pacíficas de poder desde la restauración de la democracia en 1990, tras la dictadura de 17 años de Augusto Pinochet. Kast y Boric se reunirán el lunes en el palacio presidencial.








