
Hace 24 años, Mary Brunkow (Portland, Oregón, 1961) desveló la pieza que faltaba para explicar por qué el sistema inmune, en su misión de protegernos, no daña el cuerpo humano; pero ha necesitado un Premio Nobel para ser consciente de que su descubrimiento ha revolucionado la Medicina.
Al describir cómo un gen de los ratones también presente en los humanos, FOXP3, se ocupa de ‘apagar’ ciertas células inmunes para que el cuerpo no se ataque a sí mismo, abrió las puertas a una nueva comprensión de la regulación del sistema inmunitario, gracias a la cual se han desarrollado tratamientos que salvan millones de vidas, como la inmunoterapia.
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A pocos días de recibir el galardón, el máximo deseo de esta bióloga molecular tímida y humilde es que las terapias desarrolladas gracias a su hallazgo “lleguen de forma generalizada a todo el mundo”, confiesa en una entrevista con EFE.
Brunkow indicó que no ha seguido en “primera línea” todo lo que desencadenó su descubrimiento. Sin embargo, sí confesó sentirse orgullosa de su contribución.
A la bióloga se le recordó también que es la única mujer que ha ganado un Nobel en las categorías científicas en 2025. En total, 911 hombres se han alzado con el galardón y solo 65 mujeres.
“Esto está cambiando. Cada día hay más mujeres científicas, el reto es que lleguen a los niveles más altos en los centros de investigación o en las empresas. Pero para ganar un Nobel no hace falta estar a ese nivel, yo lo he logrado por una investigación en la que trabajé entre 1995 y 2001, cuando aún no tenía ni 40 años”, manifestó.
Elaborado con información de EFE








