La pandemia del coronavirus alteró el comercio internacional e hizo caer las exportaciones de Argentina. Pero el producto emblema de este país, la carne, sortea las dificultades y sigue siendo predilecto en los mercados.
"Argentina tiene la ventaja de que no hace falta promocionar demasiado nuestra carne. Es como los franceses con el champán. Uno habla de Francia y dice champán, uno habla de Argentina y dice carne y Maradona", apuntó Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la industria y comercio de carnes y derivados.
"Es uno de los elementos que nos identifica. Cuando uno habla de carne, habla de gaucho, habla del origen de la Argentina", añadió.
Las exportaciones de Argentina en el primer cuatrimestre del 2020 fueron de US$ 17,541 millones, lo que implica una caída de 10.1% con respecto al mismo periodo del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadísticas.
Sin embargo, en el rubro de carne y preparados las ventas sumaron US$ 1,048 millones, 10.8% más que en el primer cuatrimestre del 2019.
Ello pese a que China, destino de 75% de las exportaciones, tuvo cerrados sus puertos varias semanas por la pandemia y la Unión Europea, paralizada por las cuarentenas, frenó sus compras.
En ese contexto, los precios cayeron: de unos US$ 8,000 por tonelada a unos US$ 4,000 en China, y de unos US$ 10,000 por tonelada a US$ 7,500 en Europa, según Schiariti.
"El nuestro es un horizonte optimista frente a la crisis. Sin ninguna duda las utilidades de este año van a ser menores. Pero para la magnitud de la crisis, la industria frigorífica no está sufriendo lo que sufren otros sectores de la producción y del comercio", señaló.
Más difícil es la situación para los productores de ganado, que venden localmente.
Raúl Victores, un productor de la zona de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires, se queja de los precios bajos y de las distorsiones que causa el control de cambios.
"El kilo de ternero vivo que nosotros aquí vendemos en un dólar, en Uruguay se vende al doble y con la mitad de los impuestos", ejemplificó.
"Han surgido nuevos competidores, como Paraguay y Brasil, que han mejorado mucho. Nosotros creemos que somos los únicos que producimos carne, pero no es así", indicó.
Argentina se encuentra en recesión desde el 2018 y la pandemia del coronavirus golpeará más duramente a la economía, con una contracción prevista para este año de 6.5% del PBI.
En EE.UU., una oportunidad
Si la pandemia cerró mercados en China y Europa, a la vez los abrió en Estados Unidos, un destino al que Argentina regresó recién en el 2018, tras 17 años fuera.
"En el mercado de Estados Unidos, coyunturalmente nos beneficia el tema de la pandemia. Debido a los problemas de coronavirus, grandes fábricas de carne han tenido que cerrar, ha habido desabastecimiento y han aumentado las compras a Argentina", refirió Schiariti.
El año pasado Argentina exportó 1,750 toneladas de carne a Estados Unidos y en los cuatro primeros meses del 2020 ya suma 3,600 toneladas, según cifras del sector.
El regreso de los ‘shojetim’
Un mercado premium para Argentina es Israel, al que exporta carne kosher a muy buenos precios.
Pero el cierre de fronteras por la pandemia impidió el viaje desde Israel de los 'shojetim', los matarifes kosher, en abril y atrasó los envíos, pues no podían ser certificados.
Finalmente, a principios de junio en un vuelo charter y gracias a diligencias de la cancillería, llegó un centenar que trabajará durante seis meses en la faena de la carne kosher.
El canciller Felipe Solá explicó que "en los primeros tres meses del 2020 se han exportado a Israel 8,500 toneladas de carne por un valor de 60 millones. Queda pendiente un envío de 15,500 toneladas que redundará en un ingreso de divisas cercano a los US$ 110 millones".
Para los exportadores argentinos, el mayor atractivo consiste en que la carne kosher, al tomarse del cuarto delantero de la res, se complementa a la perfección con el mercado europeo, que solo compra el cuarto trasero.
“Se vende el cuarto trasero a destinos que lo pagan bien y el cuarto delantero a Israel que lo paga muy bien”, resumió Schiariti.