El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que la deuda de Argentina “no es sostenible”, por lo que será necesaria una “contribución apreciable de los acreedores privados”, al término de la visita de una misión del organismo a Buenos Aires.
"En consecuencia, requiere de una operación de deuda definitiva que genere una contribución apreciable de los acreedores privados para ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda con una alta probabilidad", indicó el comunicado del equipo del Fondo, encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina.
"El personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible", argumentó, a la vez que apuntó que el ajuste fiscal necesario para reequilibrar las cuentas públicas no es viable.
La nota de la institución internacional respalda así la posición del nuevo Gobierno argentino del presidente Alberto Fernández, quien llegó al poder a finales del pasado año, y que ha subrayado que el país carece de capacidad para hacer frente a su deuda a menos que recupere un mínimo crecimiento.
"Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible", afirmó el equipo del Fondo.
En el 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) y tras desatarse una crisis económica que aún continúa, el FMI aprobó un rescate financiero para Argentina de US$ 56,300 millones, de los que hasta ahora ha enviado US$ 44,000 millones, el mayor de la historia de la institución financiera internacional.
Según la Secretaría de Finanzas, a finales de diciembre la deuda bruta de Argentina ascendía a US$ 323,177 millones, de los que unos US$ 194,000 millones corresponden a deuda en títulos públicos a medio y largo plazo.
El Gobierno argentino aspira a concluir el proceso de renegociación de la deuda externa a finales de marzo, un plazo considerado demasiado ambicioso para los analistas, en particular tras el reciente fracaso de la provincia de Buenos Aires de posponer tres meses el pago de un bono por US$ 250 millones al no conseguir el 75% de adhesión de los tenedores.
Las últimas proyecciones del Fondo, de hace tres meses, anticipan que se suavice la contracción económica en Argentina desde el 3.1% del pasado al año al 1.3% en el 2020.