El candidato presidencial de Ecuador por el movimiento indígena, Leonidas Iza, que fue parte de la ola de protestas de 2019 y que lideró la de 2022, se revela como un político “antisistema” frente a “un sistema corrupto” que él pretende reformular para aliviar a los empobrecidos, pues vaticina un nuevo estallido social si no hay un cambio en el Gobierno para atender las demandas populares.
Iza, de 42 años, es el candidato de Pachakutik, el brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) que él mismo preside, y con la que estuvo al frente de la ola de protestas de 2022 contra el Gobierno del conservador presidente Guillermo Lasso (2021-2023), donde fue detenido e incluso tildado de “terrorista”.
“Soy uno de esos que jamás ha perdido la capacidad de indignarse cuando los gobiernos han tenido políticas en contra de sus propios ciudadanos”, dijo en una entrevista con EFE Iza, natural de la andina provincia de Cotopaxi.
“No estoy en contra del sector privado, estoy en contra de los que no pagan impuestos y de los que llegan al Gobierno únicamente para defender a sus empresas”, apuntó el candidato en referencia a los dos últimos presidentes (Lasso y Daniel Noboa).
“Nosotros luchamos por justicia social, no para ser violentos. Es una reacción frente a la injusticia a la que hemos sido sometidos”, apostilló.
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Lucha contra corrupción y evasión fiscal
Para Iza, que representa a la izquierda antiextractivista de Ecuador, el país tiene “un sistema corrupto, un sistema de salud que no funciona, un sistema económico deficiente e injusto, y unos servicios públicos que no están ayudando a los ciudadanos”.
“Y eso es lo que queremos cambiar. No vamos a poder hacerlo de la noche a la mañana, pero el Estado sí puede dar alivio a la gente”, señaló el candidato.
Para ello propone luchar contra la evasión fiscal, que cifra en unos 7.500 millones de dólares al año, y también contra la corrupción, que estima en unos 3.000 millones de dólares anuales, para equilibrar las cuentas públicas sin necesidad de seguir el programa crediticio vigente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que pide recortar gasto público y elevar impuestos.
También apuntó a elevar la productividad agrícola, así como impulsar el turismo para pasar de 1 a 3 millones de visitantes al año, y anticipó que regulará la minería pequeña y artesanal para evitar la minería ilegal pero no permitirá la minería a gran escala por considerar que puede contaminar las grandes cuencas fluviales del país.
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Aplazará pagos de deuda externa
Iza anticipó que no pagará la deuda externa mientras en el país haya “guaguas (niños, en kichwa) que no tienen educación y están muriendo de hambre, y compañeros que están muriendo por falta de salud”.
“Al FMI y a las otras multilaterales les diremos que vamos a pagar, pero primero vamos a solventar el problema estructural que tenemos en este momento: educación, salud y mínimas condiciones para la seguridad”, advirtió.
En ese sentido, Iza apuntó que “se está acumulando la fuerza de una reacción popular en las calles” que debe resolver quien salga elegido presiente. “Conociendo a mi país, que toda la vida se ha puesto en las calles, va a haber una reacción popular si no se resuelve (el malestar) en los siguientes meses”, reiteró.
“La opción que entiende al pueblo somos nosotros, y no los sectores que siempre han estado en el Gobierno”, sostuvo Iza, que evitó señalar si esa reacción alcanzará las dimensiones de las fuertes protestas de 2019 y 2022, ambas lideradas por el movimiento indígena.
“Mano dura” para todos los criminales
En esta campaña electoral, Iza ha dejado su distintivo poncho rojo andino para ponerse el chaleco antibalas frente a la persistente ola de violencia del crimen organizado que vive el país, pues advirtió que la “guerra” que Noboa le declaró a las bandas criminales no ha funcionado porque sus líderes siguen libres.
Ante ello prometió “mano dura para todos” y recordó que “las instituciones del Estado deben asfixiar a todos (los criminales)”.
El candidato también abogó por profundizar la cooperación internacional: “tiene que haber una responsabilidad de todos los países (productores, consumidores y de tránsito de la droga), sobre todo en la región (de Latinoamérica)”.
Preguntado por si la sociedad ecuatoriana está lista para tener a un presidente indígena y de origen rural, Iza se ve con el apoyo popular para hacer frente a “los sectores más reaccionarios que tienen sustento en el racismo y en la estigmatización”.
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