El cruce fronterizo entre Egipto y la Franja de Gaza abrió el sábado para permitir la entrada de la ayuda humanitaria que necesitan con desesperación los palestinos, por primera vez desde que Israel aisló el territorio tras el sangriento asalto de Hamas hace dos semanas.
Sólo se permitió la entrada de 20 camiones, una cantidad que los trabajadores de salud dijeron que era insuficiente para hacer frente a la crisis humanitaria sin precedentes en Gaza. Más de 200 camiones con aproximadamente 3,000 toneladas de ayuda llevan días estacionados cerca del cruce fronterizo.
Los 2,3 millones de habitantes del enclave, la mitad de los cuales han huido de sus hogares, están racionando la comida y toman agua contaminada. Los hospitales dicen que se están quedando sin suministros médicos y sin combustible para sus generadores de emergencia en medio de un apagón que afecta a todo el territorio.
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Israel sigue lanzando oleadas de ataques aéreos sobre Gaza que han destruido vecindarios enteros, mientras que los combatientes palestinos lanzan andanadas de cohetes hacia territorio israelí.
La apertura del paso ocurre tras más de una semana de diplomacia de alto nivel por parte de varios mediadores, incluyendo las visitas a la región del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Israel había insistido en que nada entraría a Gaza hasta que Hamas liberara a todos los rehenes que tomó en su ataque del 7 de octubre en el sur de Israel.
El viernes por la noche, Hamas liberó a una estadounidense y a su hija adolescente. De momento no estaba claro si había alguna relación entre la liberación y las entregas de ayuda. Israel dijo que Hamas aún tiene a por lo menos 210 personas como rehenes.
El sábado por la mañana, un periodista de The Associated Press en el lado palestino de Rafah vio los 20 camiones que se dirigían al norte a Deir al-Balah, una tranquila localidad agrícola donde se han refugiado muchos evacuados del norte de la Franja de Gaza. No se permitió que cientos de personas con pasaportes extranjeros en Rafah que esperaban escapar del conflicto abandonaran la Franja de Gaza.
Los camiones llevaban 44,000 botellas de agua potable de la agencia de la ONU para la infancia, suficiente para 22.000 personas durante un solo día, dijo. “Esta primera y limitada agua salvará vidas, pero las necesidades son inmediatas e inmensas”, declaró la directora general de la UNICEF, Catherine Russell.
La Organización Mundial de la Salud dijo que cuatro de los 20 camiones que cruzaron por Rafah llevaban suministros médicos, como artículos esenciales para 300.000 personas durante tres meses, medicamentos y suministros de traumatología para 1.200 personas, y 235 bolsas portátiles de traumatología para los rescatistas.
“La situación es catastrófica en Gaza”, dijo la directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Cindy McCain, a The Associated Press. “Necesitamos muchos, muchos, muchos más camiones y un flujo de ayuda continuo”, comentó y añadió que unos 400 camiones ingresaban a Gaza diario antes de la guerra.
El gobierno de Gaza controlado por Hamas también dijo que el envío limitado de ayuda “no podrá cambiar la catástrofe humana”, y pidió un corredor seguro que funcione las 24 horas del día.
Por su parte, el contraalmirante Daniel Hagari, portavoz militar israelí, indicó que “la situación humanitaria en Gaza está bajo control” y apuntó que la ayuda se repartirá en el sur del territorio — donde el ejército ordenó reubicar a la población — y que no entrará combustible.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pidió a todas las partes que mantuvieran el cruce abierto para que se pudieran llevar los cargamentos de ayuda sumamente necesarios y advirtió a Hamas que no tome nada de la ayuda.
“Los civiles palestinos no son responsables por el terrible terrorismo de Hamas y no deberían sufrir por sus actos depravados”, dijo Blinken en un comunicado. “Tal como señaló el presidente Biden, si Hamas roba o desvía esta ayuda habrá demostrado una vez más que no tiene ninguna consideración por el bienestar del pueblo palestino”. También dificultará que la ayuda siga fluyendo, añadió.
Guterres, mientras tanto, dio voz a la creciente preocupación internacional por los civiles en Gaza, diciendo en una cumbre en El Cairo que el “reprobable asalto” de Hamas a Israel hace dos semanas “nunca puede justificar el castigo colectivo al pueblo palestino”.
Dos funcionarios egipcios y un diplomático europeo afirmaron que las extensas negociaciones con Israel y la ONU para permitir el suministro de combustible a los hospitales habían dado pocos resultados hasta la fecha. Hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a divulgar información sobre las delicadas deliberaciones.
Un funcionario egipcio dijo que estaban discutiendo la liberación de rehenes con doble nacionalidad a cambio del combustible, pero que Israel insistía en la liberación de todos los rehenes.
Hamas liberó a Judith Raanan y a su hija Natalie, de 17 años, el viernes por lo que dijo que eran motivos humanitarios en virtud de un acuerdo con Qatar, la nación del Golfo Pérsico que suele actuar de mediador en Medio Oriente. Un representante de las dos mujeres dijo que se estaban quedando con familiares en el centro de Israel.
Madre e hija habían viajado desde los suburbios de Chicago, donde residen, a Israel para celebrar las fiestas judías, indicó su familia. Estaban en el kibutz de Nahal Oz, cerca de Gaza, cuando combatientes de Hamas y de otros grupos entraron en localidades del sur de Israel, mataron a cientos de personas y secuestraron a al menos 210 más.
Hamas indicó que estaba trabajando con Egipto, Qatar y otros mediadores “para cerrar el caso” de los rehenes si las circunstancias de seguridad lo permiten.
En tanto, crecen las expectativas de una ofensiva terrestre que, según Israel, tendría como objetivo erradicar al grupo insurgente que ha gobernado Gaza durante 16 años. Israel dijo el viernes que no planea tomar el control a largo plazo del pequeño y densamente poblado territorio palestino.
Israel también ha intercambiado disparos con el grupo insurgente libanés Hezbollah en su frontera norte, elevando la preocupación sobre la posible apertura de un segundo frente. El ejército israelí indicó el sábado que alcanzó objetivos de Hezbollah en Líbano en respuesta al reciente lanzamiento de cohetes y a los ataques con misiles antitanque.
“Hezbollah ha decidido participar en los combates, y estamos exigiendo un alto precio por esto”, dijo el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante una visita a la frontera.