La inflación de más del 100% en Argentina está anulando la ventaja que solían tener las principales empresas del país al contabilizar sus ingresos en dólares estadounidenses.
Las empresas favoritas de los inversores en el sector energético —el productor de gas natural y electricidad Pampa Energía S.A., el operador de oleoductos TGS S.A. y la petrolera estatal YPF S.A.— están luchando contra costos que se ven presionados por el aumento de los precios, que el mes pasado superó el 100% anual.
En el pasado, las empresas energéticas argentinas podían compensar la inflación en sus balances mediante ingresos vinculados al dólar estadounidense. Pero con el peso argentino fuertemente controlado por el Gobierno, en estos días la depreciación del tipo de cambio no compensa el ritmo de los aumentos de precios que afectan a todo, desde la maquinaria hasta los salarios.
En una llamada de resultados el 13 de marzo, el presidente ejecutivo de Pampa Energía, Gustavo Mariani, dijo que la empresa efectivamente ve inflación en dólares en sus costos, pero no hay mucho que se pueda hacer frente a estos movimientos del entorno macroeconómico. Las ganancias ajustadas de la compañía fueron de US$ 183 millones en el cuarto trimestre, un 26% menos que el período anterior, en parte debido a la tendencia inflacionaria.
La gerenta de relaciones con inversores, Lida Wang, dijo en la llamada que la compañía estaba lidiando especialmente con la necesidad de aumentar los salarios para retener el talento.
La principal línea de negocios de TGS, la venta de líquidos de gas natural cuyos precios están ligados al dólar, está sintiendo el impacto.
Las ganancias de su segmento de líquidos se vieron afectadas negativamente en el cuarto trimestre ya que la inflación del año pasado superó la depreciación del peso en 23 puntos porcentuales, dijo a los analistas el director financiero, Alejandro Basso.
YPF, que lidera el desarrollo de las reservas de shale de Argentina, enfrenta un problema similar agravado por la inflación global en los servicios petroleros.
Los gastos de explotación de la compañía a lo largo de 2022 en dólares crecieron casi un tercio, lo que se explica principalmente por el continuo entorno global de inflación acelerada y un ritmo de depreciación de la moneda más lento de lo esperado, según un informe de resultados. Las ganancias ajustadas cayeron un 38% en el cuarto trimestre con respecto a los tres meses anteriores.
Mientras que los nuevos contratos de electricidad y las ventas de gas natural tienen una correlación automática con el tipo de cambio, para la estatal YPF es una ardua batalla garantizar que los precios de la gasolina y el diésel también lo hagan, especialmente en un año electoral. Eso puede perjudicar sus inversiones en al área de shale.
“Esa es la pregunta del millón”, dijo el director ejecutivo, Alejandro Lew, un evento sobre los resultados el 10 de marzo en la Bolsa de Valores de Nueva York. “Cómo vamos a abordar los ajustes de precios”.
Fuera de la industria energética, el productor de alimentos Arcor SAIC lucha para que sus ingresos alcancen el ritmo de la inflación debido a las preocupaciones sobre la asfixia de la demanda y el riesgo de regulación gubernamental, según una nota del 16 de marzo de Esteban Arrieta y Ezequiel Fernández, de Balanz Capital Valores, quienes estimaron que los aumentos de precios de Arcor quedaron rezagados en unos 28 puntos porcentuales con respecto de la inflación de 2022.
El conglomerado argentino de medios Grupo Clarín atribuyó una caída del 27% en las ganancias ajustadas del cuarto trimestre con respecto al año anterior al desajuste entre la inflación y el tipo de cambio.
La titular de relaciones con inversores de Grupo Clarín, Samantha Lee Olivieri, dijo en una llamada sobre los resultados el 15 de marzo que Argentina inicia 2023 sin un viento de cola. Agregó que la inflación se aceleró sin una correlación con la paridad del tipo de cambio oficial.