Los principales destinos turísticos en Oriente Medio tratan de continuar atrayendo visitantes pese a la tensión generada por la guerra entre Israel y Hamás, que ha paralizado el sector en países vecinos como Jordania y Líbano, y amenaza con hacer descarrilar la recuperación pospandemia en Egipto.
Oriente Medio había logrado posicionarse a la cabeza del crecimiento mundial del sector en 2023, con un repunte del 22% de la actividad frente a 2019, según datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT), pero las llegadas y las reservas frenaron en seco en el tercer trimestre del año, tras el ataque de Hamás en Israel y los bombardeos israelíes en Gaza.
“Hubo que cancelar operaciones, no porque realmente pasara nada, sino simplemente porque el sentimiento de miedo a viajar a la zona estalló y se implantó tanto entre los clientes como en los agentes de viajes”, señala a EFE Alberto Díaz, director general de Mapa Tours, uno de los principales mayoristas españoles.
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La actividad no se ha reactivado desde entonces y el nivel de demanda continúa en niveles mínimos, asegura Díaz. Egipto es el destino que antes ha comenzado a recuperar cierta actividad, pese al estancamiento, mientras que Jordania sigue en punto muerto y los viajes a Israel están congelados por completo.
“Mientras esta situación se mantenga, no hay prácticamente ninguna reserva”, constata, por su parte, Alejandro de la Osa, consejero delegado de Europamundo.
En los primeros meses, tras el inicio del conflicto, solo entraron cancelaciones, ninguna reserva para la región, señala De la Osa. Aunque admite que la situación ha repuntado “tímidamente” en las últimas semanas, recalca que las perspectivas continuarán mermadas mientras dure la violencia.
“El tamaño de la crisis es distinto a lo que ha ocurrido en otras ocasiones, como cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llevó la embajada a Jerusalén, cuando hubo un momento de tensión. Esto es una crisis abierta, el comienzo de una guerra”, agrega.
Aunque en destinos como Dubái, más alejados de Israel, la caída es menos pronunciada, Oriente Medio en conjunto no recuperará el tráfico habitual hasta que termine la guerra, según el responsable de Europamundo, que subraya que ese escenario desviará turistas internacionales hacia Europa y obligará a los turistas europeos a buscar destinos alternativos.
Los hoteles siguen abiertos
Hakim Tamimi, director de la Oficina de Turismo de Jordania en España, estima que la actividad del sector en su país se llegó a desplomar un 85% a finales de año, mientras que las reservas hasta marzo han caído en torno a un 60%.
“La Semana Santa, que suele ser una semana muy importante, se ve muy mal”, dice a EFE Tamimi, que recalca que la situación es estable en el país y los establecimientos turísticos continúan funcionando con normalidad.
“Jordania sigue abierto. Como pueblo, sentimos el dolor por lo que está pasando al otro lado, porque son nuestros primos, pero se nos está castigando por un tema que no es nuestro”, afirma.
Aslma Abdelbaki, portavoz de la agencia egipcia Exotic Tours and Travel, asegura, por su parte, que el conflicto “no afecta” a la seguridad en Egipto, más allá de la situación problemática en la frontera con Gaza y señala que han lanzado programas con precios más bajos para atraer a los visitantes.
Desde Monturista Travel, especializada en viajes a la región, la directora de producto Laura Rifà señala que las reservas comienzan a llegar de nuevo y espera que a partir de Semana Santa el interés por Oriente Medio comience a despuntar de nuevo.
Descenso de vuelos internacionales
El impacto en el último trimestre de 2023 queda reflejado en la caída de las llegadas aéreas internacionales, que descendieron respecto a 2019 un 31% en Líbano, donde el turismo era hasta ahora uno de los pocos sectores económicos al alza, y un 26% en Jordania, que cuenta con atractivos populares como Petra y que basa cerca del 15% de su economía en el turismo.
Según datos ofrecidos a EFE por la firma de inteligencia turística ForwardKeys, las perspectivas para la primera mitad de este año continúan deprimidas: Jordania espera un 26% de llegadas internacionales menos respecto a 2019 y Líbano un 44% menos.
El efecto de la guerra es aún más palpable en Israel, que atrajo a más de 3 millones turistas el año pasado. Las llegadas internacionales cayeron un 85% en diciembre respecto al mismo mes antes de la pandemia, según la OMT, y las reservas aéreas para la primar mitad de este año se mantienen un 60% por debajo, según ForwardKeys.
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