Expertos en la conservación del Amazonas y exfuncionarios de Brasil defendieron una estrategia basada en el desarrollo sostenible integral para la protección de esa gran región verde, sobre la que ha primado una mirada “reaccionaria” durante el Gobierno de Jair Bolsonaro.
En la última jornada de la sexta Conferencia Hemisférica de Seguridad, evento virtual organizado por la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés), Raul Jungmann, exministro de Defensa de Brasil (2016-2018), dijo el viernes que el de Bolsonaro es un “Gobierno reaccionario” y que en materia de conservación se vive una “etapa de resistencia”.
Jungmann señaló que hasta que el gigante sudamericano no tenga un proyecto de desarrollo sustentable para la Amazonía, que involucre el fomento, la investigación académica y el tejido empresarial, se seguirá en este “ciclo de explotación de recursos, deforestación y crimen organizado”.
El exministro agregó que en Brasil, que tiene actualmente la mejor agricultura tropical del mundo, no puede haber desarrollo sostenible sin mejorar la vida de los lugareños, “que viven en condiciones paupérrimas”.
También apuntó la importancia de contar con la cooperación internacional, pero siempre con respeto a la soberanía nacional, que es indiscutible.
Por su parte, Brian Winter, vicepresidente de políticas en la Americas Society/Council of the Americas (AS/COA), manifestó que ahora que el cambio climático es una prioridad para la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el discurso de Bolsonaro para la Amazonía ha cambiado en los últimos meses.
“El Gobierno brasileño ha empezado a entender esa importancia que supone para Estados Unidos”, recalcó el también editor en jefe de la publicación Americas Quarterly, y quien recordó las promesas medioambientales del presidente brasileño durante la pasada Cumbre del Clima organizada por la Casa Blanca en abril.
Respecto al temor de la pérdida de soberanía brasileña en la región, una “amenaza” en palabras de Bolsonaro, Winter recordó que el enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, siempre resalta la soberanía del país suramericano en el llamado pulmón del planeta.
La investigadora Brenda Britto, de la organización Imazon, expresó su preocupación por la “relajación” de los reglamentos y el marco legal para la conservación del Amazonas en los últimos años que ha llevado a la pérdida irreparable de unos 40 millones de hectáreas por la deforestación y las actividades ilegales.
“Es una excusa para legalizar esas actividades que son ilícitas y provocan daños ambientales”, manifestó la investigadora.
Una relajación en términos legales, que, según Britto, dista de las cifras que se lograron antes del Gobierno de Bolsonaro, por ejemplo, cuando se logró reducir la tala ilegal de unos 27,000 kilómetros cuadrados a menos de 5,000 kilómetros cuadrados.
Eso se consiguió porque “por primera vez” hubo un trabajo integrado que abarcó a 14 ministerios.
Ahora, con la excusa de “desburocratizar”, se debilita la protección ambiental y se concede una “amnistía” para la actividad criminal, que incluye la expropiación de tierras.
“En el Congreso (de Brasil) hay una representación política retrógrada en cuanto a políticas ambientales”, lamentó.