La actividad manufacturera estadounidense se desaceleró menos de lo esperado en julio y hubo indicios de que las restricciones de la oferta están disminuyendo, luego de que una medida de los precios que las fábricas pagan por los insumos cayó a un mínimo de dos años, lo que sugiere que la inflación probablemente ha tocado techo.
Si bien la encuesta del Instituto de Gerencia y Abastecimiento (ISM) del lunes mostró que una medición del empleo se contrajo por tercer mes consecutivo, el ISM señaló que “las empresas siguen contratando a un ritmo fuerte, con pocos indicios de despidos, congelación de la contratación o reducción de personal por desgaste”.
La lectura del ISM, mejor de lo esperado, sugiere que la economía no está en recesión, a pesar del descenso del Producto Bruto Interno en el primer semestre del año. Sin embargo, las empresas están acumulando un exceso de inventarios después de haber pedido demasiados bienes debido a la preocupación por la escasez, lo que perjudica a los nuevos pedidos.
“Hay indicios de que las tasas de nuevos pedidos se están debilitando, ya que los panelistas están cada vez más preocupados por el exceso de inventarios y por la persistencia de unos plazos de entrega récord”, dijo Timothy Fiore, presidente del Comité del Sondeo a Negocios Manufactureros del ISM.
El índice ISM de la actividad manufacturera nacional descendió a 52.8 el mes pasado, la lectura más baja desde junio del 2020, cuando el sector estaba saliendo de una depresión inducida por la pandemia. El índice ISM se situó en 53 en junio. Una lectura superior a 50 indica una expansión en el sector manufacturero, que representa el 11.9% de la economía estadounidense.
Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el índice caería a 52.0. Una lectura superior a 48.7 durante un periodo de tiempo suele indicar una expansión de la economía en general.
La elevada inflación fue también una de las principales quejas de las empresas, aunque el aumento general de los precios de los insumos ha empezado a reducirse considerablemente. Los fabricantes de productos químicos afirmaron que la inflación está “ralentizando el negocio”, y también señalaron un “exceso de existencias de materias primas debido a problemas anteriores de la cadena de suministro y a la desaceleración de los pedidos”.
Los fabricantes de productos alimentarios informaron que “muchos clientes parecen estar retirando los pedidos en un esfuerzo por reducir los inventarios”. Los operadores de fábricas textiles dijeron que “los continuos problemas de entrega y de personal han mermado el resultado final”.
La demanda se enfría
El subíndice de nuevos pedidos de la encuesta ISM cayó a 48 el mes pasado, frente a una lectura de 49,2 en junio. Fue la segunda contracción mensual consecutiva. Junto con una reducción constante de la cartera de pedidos, esto sugiere una mayor desaceleración del sector manufacturero en los próximos meses.
El enfriamiento también refleja un cambio en el gasto hacia los servicios desde los bienes y el impacto de la subida de las tasas de interés, ya que la Reserva Federal (Fed) se enfrenta a una inflación persistentemente alta. El banco central estadounidense subió la semana pasada su tasa de interés en tres cuartos de punto porcentual más. Desde marzo ha subido ese tipo en 225 puntos básicos.
La economía se contrajo un 1.3% en el primer semestre del año. Las fuertes oscilaciones de los inventarios y el déficit comercial ligado a las cadenas de suministro mundiales han sido los principales responsables, aunque el impulso general se ha enfriado.
Los cuellos de botella de la oferta parecen estar disminuyendo. La medida del ISM sobre las entregas de los proveedores cayó a 55.2 desde el 57.3 de junio. Una lectura superior al 50% indica una desaceleración de las entregas a las fábricas.
Esta mejora contribuyó a frenar la inflación en las fábricas el mes pasado. Una medida de los precios pagados por los fabricantes se desplomó a 60. Este fue el nivel más bajo desde agosto del 2020 y se redujo desde el 78.5 de junio. Pero el camino hacia la baja inflación será largo.
Aunque la medición del empleo en las fábricas de la encuesta subió a 49.9, se mantuvo en territorio de contracción por tercer mes consecutivo. Empresas tecnológicas como Tesla han estado despidiendo empleados, pero muchos fabricantes, hasta junio, expresaron su dificultad para encontrar trabajadores.
A finales de mayo había 11.3 millones de puestos de trabajo sin cubrir en toda la economía, con casi dos vacantes por cada trabajador desempleado.
La encuesta del ISM descubrió que “aunque una abrumadora mayoría de los panelistas de la encuesta vuelven a indicar que sus empresas están contratando, siguen teniendo dificultades para cumplir los planes de gestión laboral”.