Varios demócratas influyentes del Congreso dijeron en privado el domingo que quieren que Joe Biden se haga a un lado como candidato del partido a la Casa Blanca.
Las últimas deserciones incluyen a varios líderes de comités en la Cámara de Representantes, una señal de que incluso algunos incondicionales del partido en el Congreso quieren un nuevo candidato tras el mal desempeño de Biden en el debate contra Donald Trump el mes pasado.
Las deserciones incluyen a Jerrold Nadler y Joe Morelle, de Nueva York; Adam Smith, de Washington; y Mark Takano, de California, según personas familiarizadas con la discusión. Los miembros expresaron sus opiniones en una llamada virtual privada el domingo por la tarde organizada por el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries. Con esto llegan a nueve los demócratas de la Cámara que han pedido que Biden se haga a un lado.
Las consecuencias del debate de Biden contra Trump el 27 de junio siguen resonando. El presidente se ha mostrado desafiante ante los llamados para que se haga a un lado, y ha repetido que no tiene planes de suspender su campaña de reelección. Pero esta semana presenta nuevos desafíos. Biden recibirá a miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Washington y miembros del Congreso regresan al Capitolio tras haber estado en gran medida ausentes.
La mayoría de los participantes en la llamada con Jeffries son demócratas que no corren mucho peligro de perder sus campañas de noviembre. Sus puestos en comités del Congreso reflejan, en parte, su antigüedad y su relativa seguridad de reelección. Muchos han trabajado con Biden en algún puesto a lo largo de sus casi cinco décadas en el gobierno.
Demócratas de alto rango, como Richie Neal, de Massachusetts, y Don Beyer, de Virginia, dijeron en declaraciones tras la reunión que quieren que Biden siga en la carrera.
Una reunión programada para este martes por la mañana con todos los demócratas de la Cámara de Representantes será más reveladora del sentimiento en la bancada. Incluirá a miembros que enfrentan dura competencia en sus campañas de reelección y que temen las repercusiones de un menor apoyo a Biden.
El pánico es más pronunciado en la Cámara de Representantes que en el Senado, porque los demócratas de esa cámara tenían grandes esperanzas de hacerse con la mayoría antes del debate.
Un portavoz de Jeffries declinó hacer comentarios sobre la reunión, diciendo que se trataba de una llamada privada.
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Dudas demócratas
Varios líderes demócratas también hablaron públicamente el domingo en entrevistas televisadas: Ninguno pidió directamente que Biden abandonara la carrera, pero cuestionaron que siguiera adelante.
“La actuación en el debate, creo, planteó razonables preguntas”, dijo el representante Adam Schiff, demócrata por California, en el programa Meet the Press de la NBC. Diben “debería estar fregando el suelo con Donald Trump”.
“No debería estar ni siquiera cerca”, añadió Schiff. “Y sólo hay una razón por la que está cerca, y es la edad del presidente”.
Una supuesta reunión que estaba siendo organizada para el lunes por el senador Mark Warner de Virginia para que los demócratas del Senado pudieran discutir su apoyo a Biden no va a ocurrir, dijo el domingo una persona familiarizada con el pensamiento de Warner.
La persona dijo que la reunión en realidad nunca se programó, pero que se planteó la idea de tener una conversación privada y en persona. Una vez que se informó públicamente de la idea de esta reunión, el encuentro se hizo imposible, dijo la persona. En su lugar, los demócratas del Senado hablarán el martes durante su caucus regular.
La lucha interna del partido se desarrolla mientras el propio Biden trabaja para enderezar su campaña, tratando de convencer a los votantes en casa y a los líderes extranjeros de su idoneidad para servir otros cuatro años.
A partir del martes, Biden será el anfitrión de una cumbre de líderes y funcionarios de la OTAN, algunos de los cuales expresaron en privado su preocupación por la edad y la atención del presidente durante la reunión del Grupo de los Siete en Roma el mes pasado. Las guerras de Gaza y Ucrania aumentan la presión, dado el papel que desempeña Estados Unidos en congregar a sus aliados.
Biden elevó las apuestas de la reunión en su entrevista con ABC News el viernes. Dijo que debería ser juzgado por sus esfuerzos en curso para reafirmar el lugar de Estados Unidos en el escenario mundial.
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Actos de campaña
El presidente también está intensificando su campaña para mostrar un vigor renovado. Ha visitado dos estados disputados en los últimos días, Wisconsin el viernes, y luego hizo paradas el domingo en Pensilvania, el estado donde nació pero en el que, según una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult, va perdiendo por siete puntos porcentuales.
“Si no fuera por Biden, Trump estaría en la Casa Blanca y él estaría haciendo campaña para su tercer mandato”, dijo el senador John Fetterman, demócrata por Pensilvania, quien dijo que también tuvo un debate difícil tras sufrir un derrame cerebral, y eventualmente ganó su carrera. Expresó su firme apoyo en un acto de Biden con trabajadores de la campaña en Filadelfia.
“Sé que no aparento tener 40 años”, bromeó Biden en la Iglesia de Dios en Cristo de Mount Airy, una congregación negra de Filadelfia. “Bromas aparte, saben que llevo mucho tiempo haciendo esto y, sinceramente, nunca he sido más optimista sobre el futuro de Estados Unidos”.
Más tarde acudió a un acto en Harrisburg, la capital de Pensilvania.
A partir del 15 de julio, tras la cumbre de la OTAN, Biden irá a Austin para conmemorar el 60 aniversario de la Ley de Derechos Civiles, y después a Las Vegas para dirigirse a la Convención de la NAACP y a la Conferencia Anual de UnidosUS, según un funcionario de la Casa Blanca. Los actos de Las Vegas están dirigidos a los votantes negros y latinos, dos electorados clave.
A pesar de las deserciones, Tevi Troy, investigador principal del Centro de Política Bipartidista y ex alto funcionario de la Casa Blanca para la administración de George W. Bush, dijo que cuestiona “esta premisa de la creciente presión porque no estoy seguro de que sea así”.
“La gente de Biden lo ha montado de tal manera que es muy difícil deshacerse de él a menos que él lo elija. Y no va a elegir hacerlo, a menos que la gente en la que confía le diga que dimita. Y la gente en la que confía está en puestos que dependen de que él esté allí”, dijo Troy.
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