Corte Suprema de EE.UU. (Foto: AFP)
Corte Suprema de EE.UU. (Foto: AFP)

prometió designar esta semana a una mujer para tomar el lugar en la de la fallecida magistrada Ruth Bader Ginsburg. Y dice que el Senado debe confirmar su designación antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

A continuación las principales claves de ese proceso.

Calendario y procedimiento

La Corte Suprema está integrada por nueve jueces.

El presidente nombra a los candidatos, pero luego le corresponde al Senado votar para confirmar su nominación.

Donald Trump ha prometido anunciar el nombre de su candidato “viernes o sábado”.

Esto marcará el inicio del proceso de confirmación en la cámara alta, controlada por los republicanos.

Entrará entonces en escena el comité judicial, presidido por un gran aliado del presidente, Lindsey Graham.

Después de los trabajos preparatorios, sus 22 miembros interrogarán al candidato durante una audiencia pública.

Entre ellos se encuentra la candidata demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, una exfiscal famosa por sus minuciosos interrogatorios.

Si la mayoría de los miembros del comité aprueba al candidato, el expediente pasa al pleno del Senado.

Se necesita una mayoría simple de 51 votos para confirmar definitivamente esta nominación vitalicia a la Corte.

Actualmente, los republicanos tienen una mayoría de 53 escaños contra 47 de los demócratas.

Dos senadoras republicanas moderadas manifestarán su oposición a una votación antes de las elecciones presidenciales.

Pero incluso si tres senadores republicanos decidieran votar en contra de la confirmación, los conservadores tendrían suficientes votos, gracias a la intervención del vicepresidente , quien decide en caso de empate 50-50.

Según un informe del Congreso del verano boreal del 2018, en aquel momento transcurrieron en promedio casi 70 días entre un nombramiento y una votación final en el Senado.

Quedan 42 días para las elecciones presidenciales de

¿Qué pueden hacer los demócratas?

Los demócratas han destacado que en el 2016, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, había bloqueado, diez meses antes de las elecciones presidenciales, el proceso para reemplazar al juez conservador de la Corte Suprema Antonin Scalia.

El republicano argumentó entonces que era necesario dejar elegir a los votantes, subrayando que en ese momento, el Senado y la Casa Blanca no estaban en manos de un mismo partido.

Los demócratas exigen esperar, antes de cualquier votación, no solo el resultado de las elecciones de noviembre sino hasta después de la asunción del nuevo presidente, porque en caso de que gane su candidato,, asumirá el cargo recién en enero.

Sin embargo, los demócratas tienen pocos recursos para evitar esta confirmación.

“Tenemos algunas flechas” disponibles, afirmó el domingo la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pero sin especificar qué “opciones” estaba considerando.

Pelosi formuló esas declaraciones al ser interrogada sobre la posibilidad de que su campo iniciara un nuevo procedimiento de juicio político contra Donald Trump o su secretario de Justicia, William Barr, para evitar la confirmación antes de las elecciones.

Desestimó en cambio otra posibilidad: provocar la parálisis del gobierno negándose a un acuerdo con los republicanos antes de que finalice el calendario presupuestario el 30 de setiembre.

Ello sería “catastrófico” en medio de una pandemia, insistió Pelosi el lunes.

A los demócratas les queda amenazar con lo que harían en caso de que ganaran en las elecciones presidenciales y lograran mayoría el Senado el 3 de noviembre.

Varios dirigentes importantes del Partido Demócrata han prometido que reformarán la Corte Suprema para aumentar el número de jueces hasta 15, incluidos cinco elegidos por unanimidad por los otros diez.

Con ello, afirman, se podría “despolitizar” el templo de la ley en Estados Unidos.

¿Quiénes son los favoritos?

Dos mujeres encabezaban el lunes la lista del presidente para sustituir a “RBG”, como era conocida la magistrada fallecida.

Una de ellas es Amy Coney Barrett, una académica católica de 48 años.

Pero Barrett tiene una experiencia limitada en los tribunales: Se desempeña como jueza federal solo desde el 2017, luego de ser nombrada por Trump.

La otra favorita es Barbara Lagoa, una magistrada de origen cubano de 52 años nacida en Florida.

“Es excelente, es hispana, es una gran mujer”, dijo de ella Trump. “Amamos Florida”, agregó el mandatario sobre este estado que debería jugar un papel clave en el resultado de las elecciones presidenciales.