Los jefes de Defensa de China y EE.UU. se acusaron mutuamente de las tensiones entre las dos superpotencias durante un foro de seguridad que concluyó este domingo en Singapur sin diálogo directo entre ambas partes y mientras buques de los dos países casi colisionan en el estrecho de Taiwán.
El Diálogo Shangri-La, el foro de seguridad anual más importante de Asia, terminó hoy sin que el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, y el ministro de Defensa chino, Li Shangfu, presentes en la conferencia, se sentaran a dialogar, como había ocurrido entre representantes de ambas partes en anteriores ediciones.
Pekín había denegado el lunes la petición de Washington de que ambos se reunieran en Singapur, culpando de la decisión a EE. UU., que sancionó a Li en 2018 tras acusarle de comprar armamento a la empresa estatal rusa Rosoboronexport.
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Así, Li y Austin no intercambiaron más que un breve saludo y un apretón de manos en público en la cena de inauguración del viernes, cuando compartieron mesa, además de escuchar las recriminaciones que ambos se dedicaron al subir al estrado para pronunciar sendos discursos, el estadounidense el sábado y el chino este domingo.
En su alocución, Li aseguró hoy que su país está “abierto” a la comunicación con la parte estadounidense, pero enfatizó que “si no hay respeto mutuo, el diálogo no es productivo”, un día después de que Austin urgiera a su par chino a dialogar para “poder evitar errores de cálculo que lleven al conflicto”.
Incidente en el estrecho de Taiwán
Unos comentarios que coincidían con un nuevo episodio de tensión en el estrecho de Taiwán, donde un buque militar chino maniobró el sábado a escasos 137 metros del destructor estadounidense USS Chung-Hoon, mientras éste realizaba maniobras conjuntas con la Marina canadiense, evitando una colisión in extremis.
Estados Unidos y Canadá aseguran que se encontraban en aguas internacionales, mientras Pekín insiste en que se trata de sus aguas territoriales, y en un comunicado, el portavoz del Comando Este del Ejército chino, Shi Yi, defendió que las fuerzas chinas actuaron dentro de la ley.
Preguntado por el incidente, Li denunció hoy que “no se trata de travesías inocentes, sino de provocaciones”, y reiteró la posición de China sobre Taiwán, isla autogobernada que Pekín considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil.
Combinando el tono firme con la reafirmación de que China busca una reunificación “pacífica”, el ministro subrayó que su país “no promete renunciar a la fuerza” para tomar Taiwán de surgir provocaciones, y reiteró que “depende de China decidir cómo resolver” el asunto.
Por su parte, el secretario de Defensa de EE.UU., que suministra armamento a la isla y en principio la defendería en caso de ataque, había afirmado el sábado que su país “continuará oponiéndose categóricamente a un cambio del statu quo (de Taiwán) por cualquiera de las partes”.
“No buscamos el conflicto o la confrontación, pero no titubearemos frente a la coerción o el abuso”, agregó, en línea similar a Li.
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Otras reuniones
En contraste con la ausencia de diálogo entre ambos, Austin y Li aprovecharon para mantener un buen número de bilaterales y multilaterales con otros líderes en el foro; el estadounidense, por ejemplo, afianzó lazos con sus aliados de Filipinas, Japón y Australia en la que supone su primera reunión de Defensa conjunta.
Li, por su parte, sí se prestó a reuniones incómodas con sus pares de Japón y Corea del Sur, Yasukazu Hamada y Lee Jong-sup, en respectivos encuentros en los márgenes de la conferencia, así como con el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, quien también participó en el Diálogo.
Organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), con sede en Londres, ésta es la vigésima edición del Diálogo Shangri-La, que se celebra en el hotel homónimo de Singapur, la “Suiza asiática” por su neutralidad, y se ha convertido en una de las conferencias internacionales de seguridad más importantes.
En esta edición también participaron el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, quien inauguró el viernes el foro, urgiendo entonces al diálogo como “medida de contención” frente a un potencial conflicto entre China y EE.UU..
Un llamamiento repetido por muchos de los participantes que quedó desatendido, si bien los contactos de alto nivel entre China y EE.UU. continúan por otro lado, conociéndose el viernes que el director de la CIA, Bill Burns, hizo un viaje secreto a China en mayo, su primera visita al país asiático desde que ocupa el puesto.
“No es el final del mundo que Li y Austin no se reúnan. Podrían acordar mantener contacto en el futuro, pero, tras las recientes conversaciones entre EE.UU. y China en asuntos comerciales y políticos, que no haya de Defensa es aceptable”, afirmó a EFE el analista de asuntos exteriores singapurense Ja-Ian Chong.
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