Hay una enorme presión para que se reanuden las clases presenciales por parte padres que necesitan volver al trabajo, especialistas en desarrollo infantil y la administración Trump, que lo ve como una pieza clave para la economía en un año electoral. Otros se mantienen escépticos.
Se acerca el año escolar y los niños y adolescentes representan un creciente porcentaje de casos de COVID-19 en Estados Unidos, debido a que los estadounidenses más jóvenes están saliendo cada vez más de sus hogares y ya pueden acceder a pruebas para detectar el virus.
Mientras que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos informan hace tiempo en su sitio web que los menores de 18 años solo dan cuenta de 2% de casos, los datos de los estados muestran un panorama mucho menos optimista.
California y Mississippi, por ejemplo, registran tasas cercanas a 10% del total de casos. Florida reveló que cerca de un tercio de todos los niños evaluados allí están contagiados.
En respuesta a las preguntas de Bloomberg, los CDC citaron una tabla, actualizada ayer, con datos de los estados que muestran que los niños representan 6.4% de los contagios.
Los epidemiólogos dicen que las cifras están aumentando a medida que hay más disponibilidad de pruebas para aquellos con síntomas leves o asintomáticos, que representan muchos de los casos pediátricos, y cuando los menores de 18 años participan cada vez más en actividades sociales.
Al mismo tiempo, existe una enorme presión para que se reanuden las clases presenciales por parte padres que necesitan volver al trabajo, especialistas en desarrollo infantil y la administración Trump, que lo ve como una pieza clave para la economía en un año electoral. Otros se mantienen escépticos.
“Creo que debemos entender por qué sucede eso y qué significa para el riesgo de este virus en los niños”, dijo Jennifer Nuzzo, importante académica del Centro de Seguridad Sanitaria de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg. “Nuestro conocimiento sobre cómo afecta a los niños está evolucionando”.
Los datos del virus no se informan de manera constante en todos los estados. Pero las bases de datos disponibles públicamente muestran que, en muchos casos, los números son muy diferentes de lo que los CDC continúan informando en la parte de su sitio web destinada a proporcionar información sobre el COVID-19 a los proveedores de atención médica pediátrica, sitio que no se actualiza desde el 29 de mayo.
Estudios han revelado que los niños tienden a no sufrir síntomas graves de coronavirus con tanta frecuencia como los adultos, pero aún quedan incógnitas.
Entre ellas, se cuentan los posibles efectos a largo plazo de una infección por COVID-19, y a qué velocidad los estudiantes pueden transmitirse el virus entre ellos mientras están en el aula, así como el efecto en sus maestros.
Salemi, quien ayuda a dirigir el Proyecto CovKids, que recopila datos sobre casos en niños y adolescentes, dijo que apoya la reapertura de las escuelas de manera responsable con planes sólidos para mantener a los niños seguros, algo que no cree que Florida sea capaz de hacer en este momento.