Cuando en el 2020 Javier Milei anunciaba su ingreso a la política argentina porque quería “meterse en el sistema para dinamitarlo”, pocos hubieran aventurado que siquiera lograría la banca de diputado por la que se anotó para competir.
Hasta ese momento, el estridente economista libertario con peinado salvaje formaba parte de las filas de comentaristas del mundo de la televisión, donde, lejos de la política, predicaba contra el Estado elogiando a Al Capone o destruyendo con furia una piñata del banco central argentino.
Sin embargo, tres años después -ya como diputado nacional- el autoproclamado anarcocapitalista de 53 años logró imponerse el domingo en un balotaje presidencial con el 55.7% de los votos contra el 44.3% del candidato del poderoso peronismo gobernante.
Con una inflación que cerraría el año por encima del 180%, reservas netas de divisas en rojo y una inestable moneda local, el 2023 parece coronar un largo camino de deterioro económico y social que atraviesa a gobiernos de las dos principales fuerzas políticas: el peronismo y el conservador Juntos por el Cambio (JxC).
En este contexto de creciente descontento con los partidos tradicionales, Milei y su movimiento La Libertad Avanza (LLA) lograron un ascenso tan dramático como inesperado, que ha sido comparado con el de Donald Trump en Estados Unidos y el de Jair Bolsonaro en Brasil, tanto por sus estatus de ‘marginales’ políticos como por sus agendas de ultraderecha.
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“Daremos fin a la casta política parasitaria, chorra (ladrona), inútil que hunde a este país”, dijo Milei en referencia al peronismo y JxC tras su gran desempeño en las primarias de agosto, una impensada victoria simbólica que hizo saltar por el aire la lógica bipartidaria de Argentina de las últimas décadas.
La campaña, sostenida fuertemente en redes sociales y con amplia repercusión entre la población joven, fue construida en base a promesas de una dolarización de la economía argentina, “prender fuego” al banco central y eliminar la obra pública o ideas como la mercantilización de los trasplantes de órganos.
Tras obtener un segundo lugar en la primera vuelta presidencial de octubre, Milei se enfrentó el domingo al actual ministro de Economía, el experimentado Sergio Massa, en una definición que hasta hace poco ningún analista hubiera considerado factible y que no contaba con un claro favorito.
Motosierras, perros y Thatcher
“Si Javier se peinara prolijito, si Javier no se enojara, ¿alguna vez lo hubieran invitado a hablar?”, dijo a Reuters Diana Mondino, una economista de LLA que podría ser la próxima canciller argentina antes del balotaje.
Además de su llamativo pelo desprolijo, Milei ha aparecido en decenas de actos de campaña empuñando una motosierra como símbolo del ajuste fiscal que planea aplicar o con un gigante billete de 100 dólares con su rostro en el lugar del político fundador de Estados Unidos Benjamin Franklin.
Pero la excentricidad de Milei no se limita a su utilería de campaña, ni su repercusión a Argentina.
El mes pasado el comediante John Oliver dedicó un espacio paródico de su programa en la cadena estadounidense HBO al candidato ultraliberal, citando, entre distintos temas, una nota de Reuters sobre la excéntrica relación del economista con sus perros, a los que ha considerado los “mejores estrategas del mundo”.
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El excomentarista volvió a generar polémica cuando dijo durante un debate con Massa que la ex primera ministra inglesa Margaret Thatcher fue una “gran líder” y la comparó con la estrella de fútbol francés Kylian Mbappé.
Argentina mantuvo una breve guerra con Inglaterra en 1982 por el control de las Islas Malvinas, un archipiélago a 460 kilómetros de la costa argentina. Thatcher fue primera ministra de Inglaterra durante el conflicto que ganó el Reino Unido y es una figura muy resistida en el país austral.
Milei, que en las elecciones contó en su campamento con la presencia de miembros de la ultraderecha española Vox y de un hijo de Bolsonaro, también ha dicho que limitaría las relaciones diplomáticas con China y Brasil, los principales socios comerciales de Argentina, porque no hace “tratos con comunistas”.
El “error”
En una entrevista con Reuters en 2022, Milei dijo que “para la lógica de la política, yo soy un error, porque justamente lo que vengo a hacer es a patear sus privilegios”.
“No me importa quién sea mi rival en el balotaje, les gano a todos”, agregó.
El libertario tuvo que remontar la diferencia que Massa le sacó en las elecciones generales de octubre, cuando el peronista moderado logró el 36.7% de los votos y él un 30%.
A su favor jugó el respaldo abierto de la candidata de JxC, que quedó fuera del balotaje al obtener solo el 23.8% de los votos en octubre y se alió a Milei, pese a que este la había llamado “asesina” por su pasado militante en la turbulenta década de 1970.
“Milei logra recuperar algo que estaba medio perdido en este momento de la política argentina, que es que ofrece algún tipo de esperanza”, dijo a Reuters Juan González, un periodista que publicó una biografía de Milei llamada “El loco”, que este año se volvió un éxito editorial.
“Es un líder inestable”, señaló el periodista que realizó numerosas entrevistas con el líder de LLA y con su círculo íntimo. “Es un país inestable”, agregó.
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