El presidente electo, Javier Milei, está moderando rápidamente su retórica agresiva hacia los principales socios comerciales de Argentina, lo que aumenta la posibilidad de que, después de todo, su Administración no sea tan perjudicial para los asuntos internacionales.
Tras calificar al Gobierno chino de “asesino” en una entrevista concedida en agosto a Bloomberg News y afirmar que, de ser elegido, no mantendría relaciones con Brasil ni con países dirigidos por “comunistas”, Milei se mostró sorprendentemente cordial en comentarios realizados pocos días después de su aplastante victoria del 19 de noviembre.
El miércoles envió buenos deseos al pueblo chino en una publicación en las redes sociales, agradeciendo al presidente Xi Jinping por una carta en la que felicitaba al líder argentino por su victoria y le recordaba que las relaciones entre Pekín y Buenos Aires siempre se basaron en el “respeto mutuo”, con “beneficios tangibles” para ambas partes.
También el miércoles, Milei dijo a un canal de televisión local que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sería “bienvenido” a su asunción el 10 de diciembre. E incluso limó asperezas con el Papa Francisco, un argentino al que alguna vez describió como el hombre del diablo en la tierra. Al recibir una llamada del Vaticano el martes, Milei invitó a Su Santidad a visitar pronto Argentina.
El cambio de rumbo es la última señal de que el libertario malhablado que llegó al poder con promesas radicales de solucionar los problemas de Argentina podría estar adoptando un enfoque más pragmático, al menos en política exterior, mientras se prepara para asumir el cargo.
“Era inevitable, Argentina simplemente no puede darse el lujo de alienar a sus socios comerciales más importantes”, dijo Benjamin Gedan, director del Programa para América Latina del Wilson Center. “Parece claro que Milei está siguiendo los consejos de sus asesores más pragmáticos en materia de política exterior, incluido el expresidente Mauricio Macri”.
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El comercio total de Argentina con China y Brasil alcanzó los US$ 55,000 millones el año pasado, casi tres veces más que su comercio con Estados Unidos, su tercer socio comercial.
Diana Mondino, la futura ministra de Relaciones Exteriores de Milei, dijo el miércoles durante una entrevista televisiva que el presidente electo nunca había propuesto romper lazos con China o Brasil, culpando a los medios y a la oposición por sacar de contexto sus comentarios.
“No se pueden romper, cambiar o congelar” las relaciones, dijo en la entrevista. “Nunca podrá haberlo”.
Mondino, economista y estrecha asesora de Milei durante toda la campaña, añadió que Lula “por supuesto” será invitado a la asunción. “¿Por qué no iba a venir?”
Una cuestión que complica una posible visita de Lula es la esperada presencia de su adversario político Jair Bolsonaro en la ceremonia. El expresidente brasileño es amigo de Milei y, mientras lo llamaba tras su victoria electoral, aceptó encantado una invitación personal para asistir a su asunción en Buenos Aires.
Desde Estados Unidos, Milei recibió una llamada de felicitación del presidente Joe Biden, quien no podrá viajar a Buenos Aires debido a compromisos programados previamente, según Mondino. Pero el jueves la oficina de Milei dijo que el mandatario electo también habló por teléfono con Donald Trump, quien confirmó su presencia en la ceremonia.
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