El calor extremo que abrasa el hemisferio norte, desde California hasta China, también se deja sentir en el sur, donde las temperaturas se han disparado en pleno invierno en Chile y Argentina.
En Santiago, el termómetro llegó a 24 ºC el miércoles, muy por encima del máximo promedio de 16 ºC a 17 ºC para esta época del año. La situación es aún más extrema en el norte, donde el pueblo de Vicuña alcanzó el martes un récord de 38,3 ºC. Lo mismo se vive al otro lado de los Andes, donde Buenos Aires registró el 1 de agosto más caluroso en 117 años de datos.
Las temperaturas se han disparado debido a una superposición de cambio climático y el fenómeno de El Niño, lo que representa una amenaza para la capa de nieve en lo alto de la cordillera de los Andes, de la que dependen muchas granjas y ciudades chilenas en los largos y secos meses de verano. Un invierno inusualmente cálido también significa que Argentina se enfrenta a un exceso de gas natural a medida que cae la demanda de calefacción.
“¿Qué hacer?”, dijo en una serie de publicaciones en Twitter la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas, quien también es física y climatóloga. “Sabemos la solución: ¡dejar de quemar combustibles fósiles urgentemente!”
Dado que el calor durante el invierno tiene que ver en parte con El Niño, cuando ese patrón climático acabe, la situación meteorológica mundial debería dejar de ser tan extrema, señaló Rojas.
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