Lograr la ampliación de capital del organismo en dos años y atraer cadenas de valor desde Asia a América Latina y el Caribe son dos de los grandes objetivos del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone.
Claver-Carone hizo estas declaraciones con motivo de su primer año al frente del banco multilateral y tras una semana frenética de reuniones en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
Allí se vio con un tercio de los líderes latinoamericanos, entre ellos los presidentes de Colombia, Iván Duque; de Bolivia, Luis Arce; de Perú, Pedro Castillo; y de Guatemala, Alejandro Giammattei, entre otros.
A todos ellos les expresó que la “integración regional” es uno de los ejes de su mandato, especialmente en un momento en el que “se está viendo el estancamiento en las cadenas de valor globales y la triplicación de los precios de los fletes desde China y Asia”.
En el centro de las cadenas globales de valor
“Algunos dicen que es anti-China. No, esto es una cuestión a favor de Latinoamérica y el Caribe. Mi trabajo es que esas cadenas de valor se muden a Latinoamérica y el Caribe”, señaló en la sede del organismo en Washington.
En este sentido, indicó: si “simplemente captáramos el 10% de lo que Pekín exporta a Estados Unidos, y que Latinoamérica también le exporta, serían US$ 70,000 millones anuales”.
“Cuando una empresa estadounidense invierte en China está quitando una oportunidad a América Latina y el Caribe”, agregó.
Claver-Carone, de padre español y madre cubana y criado en Miami (EEUU), es el primer estadounidense en dirigir el BID en sus más de seis décadas de historia.
Más músculo financiero
Consciente de la magnitud de los retos que encara la región tras el impacto económico y sanitario provocado por la pandemia, insistió en que el organismo necesita más músculo financiero.
Para ello, lanzó una hoja de ruta de cara a la ampliación de capital de la institución, algo que espera lograr en menos de dos años.
Recordó que el año pasado, durante la pandemia, se pudieron adelantar préstamos de años posteriores.
“En el 2020 se prestaron más de US$ 20,000 millones, eso fue récord. Pero fue una aceleración para responder a la pandemia”, dijo Claver-Carone, quien añadió que lo que quiere es que esta cifra “se convierta en la nueva normalidad”, por encima de los cerca de US$ 15,000 millones que el BID venía prestando previamente al año.
En la asamblea anual del organismo, celebrada en Barranquilla (Colombia) este año, se encomendó un análisis de las necesidades y demandas de la región para la ampliación de capital.
Y Claver-Carone señaló que espera que el próximo encuentro, previsto para marzo del próximo año en Punta del Este (Uruguay), suponga el pistoletazo de inicio para las “negociaciones formales” con la meta de que la aprobación sea rubricada “a finales del 2022 o comienzos del 2023″.
La última ampliación de capital del banco de desarrollo se produjo en el 2010, aunque entonces no contó con el respaldo de Estados Unidos.
En esta ocasión, Claver-Carone ha subrayado que el Congreso estadounidenses sí que ha dado señales de su intención de dar luz verde a este proceso, lo que reforzaría el papel del BID como organismo multilateral de referencia en América Latina y el Caribe.
Agenda verde y eficiencia
Por último, insistió en la entrevista en su compromiso de estar solo un mandato al frente del BID, con lo que dejaría la institución en el 2025, y afianzar su senda hacia una agenda verde.
“Quiero dejar un banco más eficiente, más efectivo, con más impacto y más recursos”, afirmó.
Claver-Carone indicó que Latinoamérica es “ya un referente en financiación verde” al destacar que “más del 60% de los bonos climáticos de la región han sido lanzados conjuntamente con el BID”.
Pero cuenta, además, con una “enorme oportunidad” en energías renovables puesto que tiene “de las mayores reservas” del mundo de litio, cobre y los llamadas “tierras raras”, todos ellos fundamentales para la fabricación de productos electrónicos, baterías eléctricas y las turbinas eólicas.
“Los proyectos de impacto climático son un ganar-ganar: generan empleo, inversión y oportunidades, y contribuyen a la lucha contra el cambio climático”, concluyó.