Javier Milei es el “pobre jamoncito” en medio de dos personalidades de carácter fuerte que buscan dar forma a la dirección del Gobierno del líder argentino, dijo la vicepresidenta, Victoria Villarruel, en la señal más clara de fricción dentro de la Administración.
Oficialmente, Villarruel es la segunda en jerarquía de Milei, una ideóloga archiconservadora que contrasta con el autodenominado “anarcocapitalista”. Pero Milei también ha dejado pocas dudas de que solo hay una asesora a la que realmente escucha: su hermana menor, Karina Milei, a quien el líder libertario llama habitualmente “el verdadero jefe”.
Esta dinámica —y el velo de misterio que a menudo rodea a Milei— ha avivado las especulaciones sobre el funcionamiento interno del Gobierno, especialmente después de que el decreto clave del presidente fuera rechazado la semana pasada en el Senado, que preside Villarruel.
“Karina tiene mucho carácter, pero yo también. Y las dos queremos a Javier y queremos lo mejor para Javier”, dijo Villarruel la noche del jueves al canal local TN, sentada en la sala del Senado que preside. Reconoció que sus fuertes personalidades las llevan a chocar, y “en el medio está Javier... ¡Pobre jamoncito!
Un vocero del presidente no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
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Villarruel, una elegante y refinada abogada y activista, se dio a conocer como fundadora de una organización sin fines de lucro que denunció los crímenes de los grupos guerrilleros de izquierda durante la dictadura de derecha que tomó el poder en 1976. A menudo se centra en las prioridades más tradicionales de la derecha argentina, defendiendo casos contra el aborto, la educación LGBTQ en las escuelas y las penas de prisión que considera demasiado laxas.
Karina Milei, por el contrario, evita la atención de los medios, rara vez habla con periodistas y carece de experiencia política o de gobierno, lo que refuerza la condición de outsider de su hermano. Se la considera la mayor fuente de influencia sobre él y controla por completo la agenda presidencial. Antes de llegar a la presidencia, Milei se refirió en una ocasión a sí mismo como “solo un mensajero” de los objetivos de su hermana.
Las tensiones entre Villarruel, de 48 años, y Milei estallaron después de que el Senado rechazara el megadecreto de Milei. Algunos aliados del mandatario dijeron en entrevistas que Villarruel no había hecho lo suficiente para resistir la presión de la oposición para realizar una votación. El vocero presidencial negó cualquier fricción en una conferencia de prensa, y ambos publicaron fotos sonrientes en las redes sociales esta semana.
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“Lo que está en juego son las instituciones, esto no es un reino”, dijo Villarruel sobre su decisión, que según ella habían pedido muchos legisladores. “Es un poder deliberativo. No puedo hacer lo que quiera con eso”.
Villarruel elogió ampliamente a Milei durante la entrevista, e insistió en que se llevan bien. Pero le replicó por el hecho de que se enteró de sus nominaciones a la Corte Suprema a través de los medios de comunicación, diciendo que habría preferido que propusiera a una candidata. También se mostró contraria a la decisión de Milei de revertir los aumentos salariales de los legisladores, en el marco de la política de austeridad que quiere, centrada en la clase política.
Después de que Villarruel y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, acordaran aumentos de sueldo del 30% el mes pasado, Milei les pidió que los revirtieran. Villarruel dijo el jueves que se oponía a la idea de permitir que los salarios fueran aniquilados por una inflación del 276% porque haría a los legisladores más susceptibles a la corrupción.
“Si no tienen buenos sueldos, solo van a poder llegar al Congreso los ricos o los corruptos”, afirmó.
Después de decir durante toda la campaña que Villarruel se encargaría de los asuntos de seguridad y defensa, Milei entregó el control de ambas áreas a Patricia Bullrich, su rival de campaña que más tarde se convertiría en aliada, y a su candidato a vicepresidente, Luis Petri.
“No me gustó”, dijo Villarruel sobre la decisión de Milei durante la entrevista. “Pero lo respeto”.
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