Argentina proyecta para 2023 una desaceleración en su ritmo de crecimiento económico, una inflación menor a la de este año pero, aún así, muy elevada, y un ajuste fiscal en línea con las metas comprometidas ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así se desprende del proyecto de ley de Presupuesto 2023 que el Gobierno de Alberto Fernández remitió en las últimas horas al Parlamento para su tratamiento y aprobación.
“Durante el ejercicio fiscal 2023, Argentina continuará enfrentando una coyuntura económica y social difícil generada por las consecuencias de la pandemia y el alza internacional de los precios derivadas de conflictos internacionales”, advierte la iniciativa.
Tras recuperarse el año pasado 10.4 % y poner fin a tres años de severa recesión, la economía argentina cerrará 2022 con una expansión del 4 %.
Pero, de acuerdo al Presupuesto presentado a última hora de este jueves, el próximo año el producto interior bruto (PBI) recortará a la mitad su ritmo de crecimiento, con un alza proyectada del 2 %.
De acuerdo con el proyecto, habrá un magro desempeño para la industria (+1.5 %) y el comercio (+1.8 %), pero la buena noticia la dará el sector agropecuario, que crecerá 6 % luego de tres años de caída y estancamiento.
Respecto a la inflación, uno de los principales problemas macroeconómicos del país, el proyecto prevé que este año los precios al consumidor acumulen un alza del 95 % -la tasa más alta desde 1990- y que en 2023 desaceleren su escalada al 60 %.
OBJETIVOS PRESUPUESTARIOS
Según el Gobierno, el Presupuesto 2023 busca “consolidar un sendero de crecimiento para remontar los efectos de la pandemia y sostener la recuperación económica”.
En este marco, el Ejecutivo promete continuar “por el camino de la normalización macroeconómica mediante la premisa de recuperar el fortalecimiento progresivo de los recursos y garantizar el orden fiscal”, profundizando a la vez los estímulos a la inversión, la producción y el empleo.
La iniciativa prevé para 2023 que los gastos totales asciendan a 28.7 billones de pesos (192,643 millones de dólares), con un alza interanual del 71.2 %, y que los recursos totales de la Administración pública sumen 22.3 billones de pesos (149,689 millones de dólares), con un aumento del 78.1 % frente a 2022.
PAUTA FISCAL
El déficit fiscal primario calculado para 2023 es de 3,7 billones de pesos (25,124 millones de dólares), lo cual implica un aumento del 27.7 % respecto al saldo negativo proyectado para 2022, un alza que, sin embargo, está bastante por debajo de la tasa de inflación prevista para el próximo año.
Esto explica que, en relación al PBI, el déficit primario del sector público nacional proyectado para 2023 sea del 1.9 %, mejorando respecto al déficit del 2.5 % previsto para 2022, pautas alineadas con las metas comprometidas por Argentina en el programa de facilidades extendidas sellado en marzo pasado con el FMI.
También siguiendo lo establecido en el acuerdo con el Fondo, el Presupuesto proyecta un recorte de la financiación al Tesoro por parte del Banco Central hasta el 0.6 % del PBI, desde el 1 % en 2022.
El Tesoro espera seguir acudiendo al mercado local de deuda y obtener allí financiación equivalente al 2.7% del PBI y continuar recibiendo préstamos de los organismos internacionales.
En 2023, Argentina deberá afrontar vencimientos de intereses de bonos soberanos en moneda extranjera por 2,045 millones de dólares.
Respecto a los pagos al FMI, “se espera cumplir con las metas establecidas, posibilitando coordinar vencimientos de capital e intereses con los desembolsos previstos para 2023 en la primera parte del año”, señala el Presupuesto.
POR MÁS RESERVAS
Para lograr el fortalecimiento de las reservas monetarias, otros de los compromisos asumidos ante el FMI, Argentina apuesta, entre otras acciones, a incrementar las exportaciones, que en 2023, según el Presupuesto, crecerían 7.1 %, mientras que las importaciones solo subirían un 2 %.
Esta dinámica le permitirá a Argentina lograr un superávit comercial de 12,.347 millones de dólares.
Asimismo, el Gobierno dijo que “está avanzando” en desembolsos con organismos internacionales, como la Corporación Andina de Fomento y el Banco Interamericano de Desarrollo, y evalúa otras acciones para el fortalecimiento de reservas.