Los países de América Latina y el Caribe se comprometieron este jueves a erradicar el hambre, la pobreza y las desigualdades estructurales con el fin de garantizar el derecho a una alimentación adecuada, sin dejar a nadie atrás.
Esa es una de las principales conclusiones de la 38 Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que se celebró en Guyana entre el lunes y este jueves.
Los países regionales expresaron asimismo en su documento su solidaridad con Haití por el deterioro de la situación humanitaria que compromete la seguridad alimentaria y nutricional, así como el sustento de su población.
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También reconocieron las condiciones únicas y las vulnerabilidades específicas que enfrentan los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo debido al cambio climático, así como la dependencia de alimentos importados que comprometen su seguridad alimentaria y nutricional.
Además, subrayaron la importancia de reforzar la asistencia financiera con la movilización de recursos para apoyar la resiliencia y sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios en América del Sur, especialmente en los ecosistemas vulnerables frente a los impactos de la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la inseguridad alimentaria.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, felicitó a los países presentes por “el arduo trabajo” que han realizado en estos días de conferencia y por “el éxito de las conclusiones”.
“Son conclusiones y decisiones muy oportunas, sobre todo para esta región, van a marcar la diferencia”, subrayó. También destacó que ha visto “muchísimo sentido de unidad en la región en torno a una versión compartida para lograr un mejor futuro para todos”.
Alabó, además, la adopción de las cuatro prioridades y líneas de acción de la FAO: producción eficiente, inclusiva y sostenible; seguridad alimentaria y nutrición; gestión sostenible de los recursos naturales y adaptación al cambio climático; y reducción de desigualdades, pobreza y promoción de la resiliencia.
“Hay que continuar la lucha contra la desigualdad, fomentar más resiliencia en las comunidades y prepararnos para responder de forma oportuna a los impactos de la crisis climática”, afirmó.
Qu recordó que América Latina y el Caribe es una de las regiones que más alimentos produce, pero tiene tasas de pobreza y de malnutrición bastante altas. A día de hoy, todavía 43 millones de personas pasan hambre.
“Estos son desafíos que tenemos que enfrentar de la mano con ustedes para lograr un mundo más inclusivo, un desarrollo más equitativo, saldando las brechas entre los pobres y los ricos, entre los agricultores de pequeña escala y de gran escala”, indicó.
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