Razones por las que crees que no te gusta el vino.
Porque “tu primera vez” fue en tu época universitaria con un vino de presupuesto ad hoc que no te gustó y, menos aún, el recuerdo de la posterior resaca, en caso de algún insensato exceso.
Porque te intimida la variedad de etiquetas, cepas, colores y nombres que hay y no sabrías qué comprar o qué llevar, digamos, a un almuerzo marino o una cena, porque también te consideras culturalmente insuficiente para pretender un maridaje.
Porque la religión que profesas no te lo permite. ¡Por las bodas de Caná! Menos mal somos fans de Jesucristo.
Finalmente, si la razón es porque sientes que te “raspa” la cavidad bucal o se te hace muy ácido o amargo, vamos por buen camino. Pues te has atrevido a probar cosas distintas y has identificado características de este rumboso caldo con el que muchas personas en el mundo empezaron un romance, a causa del encierro sanitario.
Obviamente no “te tiene” que gustar el vino. Pero si has llegado hasta aquí es porque coqueteas con la idea de darle una segunda, tercera o muchas más oportunidades a tomar vino y este es el momento.
¿Por qué ahora? Porque podemos acceder a vinos decentes de todo presupuesto. Quizá esta sea la coyuntura más importante para empezar a probar. Además, entendamos que el vino, para la mayoría de quienes lo disfrutamos, es un gusto desarrollado. Casi como lo es el gusto por las aceitunas, el café o los rábanos. Porque nuestro sentido del sabor, que involucra a todos los sentidos, es adaptable y por suerte —no para tu ex— los gustos, cambian con el tiempo.
Dicho esto, algunos estilos de vino son más accesibles que otros o más “fáciles de beber”. Pues sí y necesitamos este perfil de vinos “puente” para atraer a más personas a la categoría. Por eso me atrevo a sugerir esta lista de vinos, por tipo de uva, que recomiendo para empezar por ser sabrosos, frutales y no muy tánicos (con sus respectivas notas predominantes).
- Zinfandel: frutos rojos, durazno en almíbar o mermelada y canela.
- Petit Sirah: ciruela, arándanos, chocolate y pimienta.
- Merlot: cereza, ciruela, chocolate, vainilla y hierbas.
Si encuentras etiquetas que tengan estas cepas combinadas, chapa esa botella con confianza y descorcha. ¡Salud!
Datos sobre el vino
- Dolor de cabeza. Si tomar vino te causa este dolor es por dos razones: deshidratación o la sensibilidad a aminoácidos resultantes de en la fermentación como la tiramina.
- Los sulfitos. Están presentes en todos los vinos. Los tintos suelen contener menos que los blancos y los vinos secos, menos sulfitos que los dulces. Así también se cree que a mayor calidad de vino, menor cantidad de sulfitos.
- Beber con moderación. Según el Instituto Americano de Cáncer se recomienda no superar diariamente: dos copas de bebidas alcohólicas en el caso de los hombres y una en el caso de las mujeres.
Sobre Rosa Bonilla
Rosa Bonilla es especialista, docente, columnista y conferencista en comunicaciones corporativas, manejo de crisis, gestión de reputación y desarrollo sostenible. Lideró la creación del equipo de Desarrollo Sostenible en Entel.