Integrantes de la Policía de Colombia vigilan en una vía bloqueada por comerciante como protesta por un nuevo confinamiento hoy, en el sector de Venecia en Bogotá (Colombia). La virulencia de la tercera ola de la covid-19, que disparó los contagios y muertes en Colombia hace varias semanas, obligó a Bogotá y Medellín, las dos mayores ciudades del país, a imponer nuevas cuarentenas a las que se oponen sectores duramente golpeados por los confinamientos, como el comercio. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda
Integrantes de la Policía de Colombia vigilan en una vía bloqueada por comerciante como protesta por un nuevo confinamiento hoy, en el sector de Venecia en Bogotá (Colombia). La virulencia de la tercera ola de la covid-19, que disparó los contagios y muertes en Colombia hace varias semanas, obligó a Bogotá y Medellín, las dos mayores ciudades del país, a imponer nuevas cuarentenas a las que se oponen sectores duramente golpeados por los confinamientos, como el comercio. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda

Antes de la pandemia, Jaime Alirio Pinilla, un hombre de 45 años de Bogotá, capital de Colombia, trabajaba como obrero de construcción. “Pero por esta mierda perdí mi trabajo y ahora trabajo en la calle”, dice, de pie detrás de un carrito de acero con el que vende jugo de naranja recién exprimido, dulces, cigarrillos y café.