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Para darle orden al sistema de transporte evitando la congestión vehicular, daños de pistas y contaminación ambiental, son necesarios los terrapuertos en el país, indicó el subgerente general y apoderado de la Concesionaria Terrapuerto Trujillo.
Actualmente, el Perú cuenta con este esquema de infraestructura en Ayacucho, Arequipa, Trujillo, Jauja y en Chiclayo se retomó el proyecto para solucionar el caótico tránsito en la ciudad.
En esa línea, Vega sostuvo que las ciudades de gran actividad económica y turística, como Piura, Chiclayo, Cusco y Cajamarca podrían ser los próximos terrapuertos nacionales a desarrollar.
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“El Terrapuerto Trujillo es un modelo de Asociación Público-Privada a seguir en otras ciudades, porque genera mucho impacto económico, social y ambiental positivo, además, permite formalizar el sector transporte, eleva los factores de competitividad y el beneficio para el usuario final es inobjetable”, explicó en Gestión.
A modo de ejemplo, el gerente mencionó que el flujo de pasajeros del Terrapuerto Trujillo en el 2022 creció en 49% y el de buses en 55%, con relación al 2021.
“El total de ingresos ha superado al 2021 en un 16%, manteniendo el cumplimiento de todas nuestras obligaciones contractuales, llegando a generar más de 5,000 visitantes diarios”, refirió el experto, quien agregó que el Terrapuerto Trujillo, que tuvo una inversión de S/ 40 millones, cuenta con una capacidad para atender a más de 30,000 pasajeros por día.
Evitar cometer errores
Sin embargo, el experto sostuvo que para replicar este proyecto de terrapuerto se deben evitar errores, tal como sucedió con la infraestructura de la ciudad de la eterna primavera que entró en operaciones desde el 2014.
“Se debe involucrar desde el inicio al gobierno local, regional y central con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), cumpliendo sus obligaciones contractuales para que estas iniciativas sean rentables y puedan ser replicables en más ciudades. Una de las cosas que hemos aprendido es que los compromisos de inversión deben ser por etapas, según el flujo de pasajeros que se vayan movilizando en cada terrapuerto”, subrayó.
Vega agregó que de la mano del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), MTC, gobiernos locales y regionales, se debe desarrollar un plan complementario vial a mediano plazo para mejorar la accesibilidad del transporte urbano, con corredores viales que integren las periferias de la ciudad con el terrapuerto.
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Además, el especialista precisó que otro de los factores claves para que funcione un terrapuerto, por la envergadura del proyecto, es que el diseño contemple un centro comercial o tiendas anclas retail que aumenten la atractividad de la zona, ya que dichas infraestructuras se constituyen fueras de la ciudad.
“Es indispensable contar con la participación de la autoridad municipal o regional, según sea el caso, en calidad de concedente, sobre su rol de fiscalización y cumplimiento de sus obligaciones contractuales. Esto permitirá que se facilite la viabilidad de terrapuertos y dentro de un plan de desarrollo a largo plazo, en función al tamaño del mercado, se evalúe la construcción de terminales de cercanías, no generando esto un mercado paralelo, sino sea complementario al terrapuerto”, expresó.
Del mismo modo, José Salardi, director ejecutivo de ProInversión, comentó hace unas semanas que la infraestructura del Terrapuerto Trujillo es un modelo para seguir en otras ciudades del país bajo la modalidad de proyectos en activos.
¿Cómo debe funcionar?
Por su parte, Camilo Carrillo, líder de Infraestructura de EY Perú, manifestó a Gestión que implementar un terrapuerto en otras regiones es viable en el papel, pero “la autoridad debe comprarse la pelea de restringir la entrada de buses al centro de la ciudad y prohibir terminales particulares que son ineficientes”.
“A diferencia de otros países, se han hecho terrapuertos y la municipalidad nunca han podido cerrar los terminales privados que existen cerca a la plaza de Armas y cada vez que quiere hacer algo les pone medida cautelar, como ha pasado en Trujillo”, apuntó.
Indicó, que si bien ayuda a formalizar el sector, no cumple el objetivo porque no se cierran los terminales privados.
“El de Trujilllo funciona con 20% de su capacidad. Lo grave acá es que no cumple los objetivos para los que estuvo diseñado (conglomerar el transporte terrestre afueras de la ciudad con conexión con carreteras para la llegada). La solución es que esos terrapuertos se hagan efectivos y funcionen con autoridad”, replicó.
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