Redacción Gestión

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A días para el cambio de Gobierno, otro de los sectores que demanda la atención del Estado es la . El potencial del país es enorme, prueba de ello es que fuimos reconocidos, por cuarto año consecutivo, en los World Travel Awards como mejor destino gastronómico este año.

A la par, de acuerdo a datos Mincetur, de cada 100 turistas que arriban a Lima, 20 lo hacen para conocer la cultura gastronómica del país y, en mayor medida, las diversas alternativas culinarias que ofrecen la ciudad.

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Ante esa perspectiva, el presidente de la (Apega), , plantea cinco retos para los próximos cinco años relacionados al sector gastronómico:

1.- La reducción de la informalidad de los negocios gastronómicos es fundamental, aclaró, ya que la mayoría de estos emprendimientos opera bajo dicha condición.

A esta situación se suma que existe la carencia de personal de cocina o de servicio de salón con formación técnica adecuada, y las deficiencias en el cumplimiento de las normas de sanidad.

2.- Ante lo cual, el representante de Apega considera necesaria la creación de un sistema público gratuito de educación técnica – profesional en cuadros en cocina, meseros y afines.

Además, de promover desde el Estado la innovación y generación de conocimientos para fortalecer habilidades empresariales, adopción de tecnologías y desarrollo de productos, conceptos, experiencias y rutas.

3.- Mejorar el abastecimiento y distribución de productos agropecuarios e hidrobiológicos, integrantes de la cadena de valor gastronómica, y renovar los mercados mayoristas y de abastos, apuntó el empresario.

4.- Otro aspecto, que considera importante, es convertir Mistura en una feria de nivel internacional de la gastronomía, la cultura y la biodiversidad, lo que exige el apoyo del Estado para contar con un campo ferial similar a lo que fuera la Feria del Pacífico.

5.- resaltó, además, la necesidad de articular las acciones de los sectores estatales y el sector privado para promover la gastronomía y el turismo, el tratamiento de temas relacionados al pisco, la pesca, las pymes y los mercados, así como la diplomacia gastronómica, la cocina como patrimonio cultural, y las marcas o denominaciones de origen.

"Lo que queda (por hacer) es un reto monumental, pero somos optimistas en que es posible lograrlo con el apoyo del Estado", manifestó.