La semana pasada se dio inicio a la primera temporada de pesca industrial de anchoveta del 2024, en la zona norte-centro del litoral del Perú, y según la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), lo avanzado en los primeros días le permite avizorar una buena temporada, y exportaciones mayores a las estimadas por el sector.
Sin embargo, expertos consultados por Gestión ven riesgos derivados de anomalías climáticas que pueden afectar su biomasa en las siguientes semanas o meses.
El Ministerio de la Producción (Produce) autorizó el inicio de la primera temporada de pesca a partir del día 16 de este mes, estableciendo una cuota de captura máxima de 2′475,000 toneladas, en base a una biomasa de anchoveta estimada en 9.97 millones de toneladas.
Ese sector estimó que la actividad, en la cual participarán 700 embarcaciones (el 90% de la flota pesquera) permitirá generar un aporte de 24% al PBI pesca, y una contribución de 0.5% a la economía nacional en términos agregados (PBI nacional).
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Imarpe: situación de la biomasa
Un informe del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) sobre la situación del stock norte-centro de la anchoveta (al 1 de abril último), al que tuvo acceso Gestión, señala que en los últimos cruceros (que encabezó esa entidad científica) se observó mejores condiciones para la pesca, en comparación a la segunda temporada 2023, en que la biomasa y su ubicación, se vieron afectadas por El Niño.
En este caso, el informe refiere que ahora se ha encontrado una distribución de la biomasa más acotada (concentrada), altamente densa, cercana a la costa, ligeramente desplazada en sentido sur y con la presencia de grandes núcleos de concentración, y con profundidades promedio de 10.43 metros.
Es preciso recordar que la segunda temporada 2023 tuvo sucesivos retrasos y prórrogas, pues los cardúmenes (huyendo de la alta temperatura del mar en la superficie a causa de El Niño), se desplazaron hasta más de 100 metros de profundidad, imposibilitando su captura.
Además, la biomasa estimada ahora (9.9 millones de toneladas), resulta 39% superior a la observada en el invierno-primavera 2023, y 55% superior al verano del 2023, y es 18% mayor al promedio entre veranos desde 1996 al 2023, detalla el reporte.
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SNP ve buenos resultados
El presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), Eduardo Ferreyros, indicó a Gestión que esperan que sea una buena temporada, y que así lo vienen demostrando los datos preliminares, donde en los primeros tres días de pesca se han desembarcado 141 mil toneladas de anchoveta.
De continuar a este ritmo, esperan que la presente temporada se traduzca en alrededor de US$ 1,400 millones en exportaciones de harina y aceite de pescado. Además, se han activado las 3,500 mypes que participan en el sector, y todo ello contribuirá al crecimiento del PBI a fin de año.
Tal proyección de envíos al exterior es más optimista que la de Produce, que ha estimado exportaciones pesqueras por US$ 831 millones al cierre de este año.
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Ya llegó La Niña
Luis Icochea, investigador oceanográfico de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), coincidió en que hay un buen inicio de la primera temporada de pesca, porque -además- hay abundancia de múnida -una especie de camarón- que es alimento para la anchoveta.
Sin embargo, advirtió que en la zona del mar frente a Piura y Tumbes, se están registrando temperaturas oceánicas entre 2 a 3 grados centígrados por debajo de lo normal, y que son ya un primer indicio de la llegada del fenómeno La Niña al Perú.
La Niña suele propiciar también una mayor dispersión espacial de los cardúmenes de anchoveta, lo cual dificulta su captura.
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Adaptación
Para el presidente de la SNP, lo que se ha aprendido en estos años de alta variabilidad ambiental, es que la anchoveta ha demostrado una gran capacidad de adaptación a los diferentes fenómenos por los que ha atravesado.
“Es un recurso que tiene una biomasa alta, de casi 10 millones de toneladas y ello se debe a su gran capacidad de adaptación y al buen manejo de la pesquería”, añadió Ferreyros. Consideró que, para que el impacto sea el menor posible, lo relevante es el permanente monitoreo de las condiciones del mar y del recurso.
También se necesita, indicó, la adopción oportuna de decisiones por parte de la autoridad para adaptar las medidas de operación y manejo, permitiendo el aprovechamiento de los recursos cuando ello es posible. “En el mar, las oportunidades perdidas no se recuperan”, aseveró el representante empresarial.
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Riesgo climático sería mayor
Para Ulises Osorio, consultor en temas agroclimáticos, si bien ya se alejó el fenómeno El Niño, persiste aún el fenómeno conocido como Vientos de San Andrés, que ocurre en las zonas altas de la tropósfera y ocasiona los cielos despejados a lo largo del litoral costero peruano, y puede tener tanto incidencia en la agricultura, como la pesca.
En este último caso, explicó que esos cielos inusualmente despejados en la franja costera, es la que explica las sensaciones térmicas que llegan hasta los 35 grados pese a estar en otoño, a causa de la radiación intensa (que en Perú es más fuerte que en otros países).
Esa radiación directa, anotó, en el mar, puede afectar la concentración de nutrientes en el fitoplancton que es alimento para la anchoveta, y podría afectar su crecimiento y propiciar que se confunda su menor tamaño, con el que tienen los ejemplares juveniles (cuya pesca está prohibida).
Recordó que el antecedente más cercano del fenómeno de Los Vientos de San Andrés, es su ocurrencia en Perú entre los años 1975 a 1981, y que, dentro de ese periodo, particularmente en el año 1977 ocasionó una fuerte caída en la actividad pesquera en el Perú.
Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.
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