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El 2024 ya está en la recta final y, según el BBVA Research, la economía peruana crecería 3.1% este año. Después de un crecimiento acotado entre enero y marzo últimos (1.4%), las cifras fueron mejorando hasta ahora y los indicadores disponibles sugieren que el dinamismo de la actividad se mantendrá en este trimestre. Con esto en mente, la conversación da un salto hasta el 2025. ¿Cómo le irá el próximo año al Perú?
Similar a las previsiones que acaba de publicar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el BBVA Research también vislumbra una moderación del crecimiento de Producto Bruto Interno (PBI). Para el 2025, se proyecta una expansión de 2.7%, similar para el 2026 (2.7%).
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“El escenario macro base revisado considera un entorno externo más retador, pero también mayores flujos de inversión en proyectos”, apunta el banco.
Solo desde el lado local, hay dos consideraciones que marcarán la pauta, aunque cada una “tirará” las cifras de crecimiento hacia un lado distinto. Por un lado, el BBVA Research asume que la calma relativa se mantiene (aunque los riesgos se han elevado recientemente); pero, desde el lado del Congreso, hay riesgo regulatorio; y -además- la incertidumbre es más visible conforme se aproximan las elecciones de 2026.
Por el otro lado, hay mucho optimismo sobre proyectos clave: en el 2025 inician construcción Zafranal, Reposición Antamina, y Chavimochic. Se agregan Tía María (minería) y Vía Expresa Sur (transportes). Empiezan a operar el puerto de Chancay y la ampliación de Toromocho.
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En esta línea, por el lado sectorial, en 2025 destacan el buen desempeño previsto para construcción y minería. Por el lado del gasto, destaca el rebote previsto para la inversión privada el próximo año, mientras que la inversión pública perderá tracción.
“En 2026 habrá una mayor incertidumbre debido al proceso electoral, pero también aumentarán los flujos en proyectos de inversión”, señaló.
Riesgos que acechan
El escenario base de proyecciones considera que el entorno internacional será retador debido a las políticas que implementaría la administración entrante en EE.UU. y al aumento de las tensiones geopolíticas.
Localmente incorpora condiciones climatológicas relativamente normales en el horizonte de proyección, en línea con los pronósticos de las agencias especializadas, así como un contexto político y social relativamente estable, pero frágil y con riesgos latentes por el lado regulatorio debido a iniciativas que podrían venir desde el Congreso.
Sin embargo, hay riesgos externos y locales que acechan. Si solo nos enfocamos en la parte local, que en buena cuenta es lo que desde el Perú se podría controlar mejor, se detecta el escalamiento de la conflictividad política y social; que el Gobierno no alcance a mantenerse hasta 2026, generando inestabilidad y que se adelanten las elecciones generales; resultado electoral adverso a la economía de mercado; condiciones crediticias que no mejoran en la línea de lo previsto; aumento de la inseguridad por mayor criminalidad y extensión de las economías ilegales; e impacto económico más positivo del inicio de operaciones del puerto de Chancay.
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