De persistir el actual contexto de inflación, se espera que haya una repercusión en el financiamiento de microempresarios y su comportamiento de pago, sobre todo, de clientes que están siendo impactados directamente como los dedicados al transporte, señaló Wilber Dongo, gerente central de Negocios de Caja Arequipa.
Mencionó que el segmento de clientes de transporte podría ver afectado su récord de pagos debido a una rigidez en los precios que se le cobra al consumidor, esto a pesar de los mayores costos de los combustibles, lo que finalmente repercutiría en el pago de sus créditos.
“Los clientes de transporte público representan entre el 10% y 15% de nuestra cartera mype. Pequeños transportistas como taxistas, que tienen un margen (de ganancia) mínimo, están expuestos a mayores costos para ofrecer servicio. A pesar de ello, la gente aún no está dispuesta a pagar mayores tarifas por transporte en el corto plazo, restándole así capacidad de pago para sus créditos. Estos son los primeros en verse afectados si persiste el aumento de precios de combustibles”, indicó.
“En general, los mayores costos de bienes y servicios afectan la capacidad de pago de los clientes, pues hay menor demanda. El segmento de comercio, por ejemplo, también se vería afectado por la reducción de consumo, representando un riesgo para el pago de créditos. En contraste, negocios como panaderías no tendrían grandes impactos en sus ventas porque su demanda es más rígida a pesar del precio”, puntualizó.
Joel Siancas, presidente de Caja Sullana, señaló que, en un principio, los microempresarios transportistas tratan de asumir el mayor costo, pero solo en la medida de que no sea significativo para su economí, por lo que el siguiente paso es llevar los mayores costos a precios finales. No obstante, esto tendría un efecto paralelo reflejado en una menor demanda.
“La gente podría empezar a restringir sus salidas no obligatorias, como visitar familiares o momentos recreacionales, u optar por ir a lugares más cercanos. En un corto plazo no vemos que este segmento tenga dificultades en pagar sus créditos pues hay un tema forzoso de movilidad; sin embargo, de alargarse el problema sí habría un efecto al igual que en otros segmentos de microempresarios, debido a una menor demanda”, indicó.
Por su parte, Luis Almandoz, gerente general adjunto de Gestión de Negocios de Mibanco, mencionó que al ser un año con una crisis sanitaria mucho más controlada y con una mayor movilización de la economía, se atenuaría una posible reducción en el ingreso por ventas a pesar de la inflación.
“En nuestra entidad no hay una masa grande de taxistas. Por el lado de transporte interprovincial habría un traslado a los precios finales; sin embargo, algunos lo harían de forma más rápida que otros”, afirmó.
¿Mayores tasas?
Según Dongo, las tasas de interés en microcréditos, a pesar del aumento de la tasa de referencia del Banco Central de Reserva (BCR), no han subido.
“No se ha visto movimiento hasta ahora como sí se ha dado en la mediana y gran empresa. Eventualmente tendrá impacto, pero por ahora se mantienen los tipos de interés. Las microfinancieras están compitiendo sin subir la tasa, no se ha necesitado aumentos para asumir un riesgo mayor”, indicó.
Almandoz señaló que seguramente habrá algunos ajustes hacia arriba en las tasas, pero esto sobre todo, debido a la competencia en el segmento de microcrédito, en los clientes de mayor riesgo. “Los clientes con mejor comportamiento de pago, seguro no tendrán aumento en sus tasas”, manifestó.
En línea con lo anterior, Siancas mencionó que el impacto del aumento de tasas en las microfinancieras no es inmediato.