Consultoras que siguen el mercado de cigarros reportan la misma tendencia: el año pasado, el consumo creció sustancialmente en el Perú. La razón -dicen- es el aumento del contrabando, el cual trae estos productos al país desde Paraguay, a través de la frontera con Bolivia.
En ese contexto, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) reclama que la carga del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) sobre los cigarros legales hace su precio poco atractivo frente a los ilegales. Un investigador y una organización antitabaco, en cambio, alegan que ese es un antiguo argumento de la industria para que se reduzca el impuesto.
Contrabando domina
Según Kantar WorldPanel y Euromonitor Internacional, el 2022 fue un año clave para que el consumo de cigarros ilegales se consolide en el Perú. En su último estudio para el cuarto trimestre del 2022, Kantar sostiene que el contrabando ya representa el 56.2% del mercado. En el sur bordea el 80%.
El investigador de Grade Martín Valdivia publicó un estudio en el 2021 en el que concluía que, hasta antes de la pandemia, el consumo de cigarrillos ilícitos alcanzaba solo el 13% del mercado. Aunque Valdivia las cuestiona, las cifras de las consultoras de hoy reflejan un fuerte incremento posterior a la emergencia sanitaria.
Euromonitor estima que la industria tabacalera venderá 1,043.4 millones de unidades de cigarros en Perú en el 2025, 43.2% más que en 2020. Y como va la tendencia, un buen pedazo será del contrabando. “Más de la mitad de los cigarros consumidos proviene del mercado ilícito, que creció significativamente debido a la pandemia”, asegura Diego Borjas, analista de la consultora.
La consultora ya había explicado a Gestión que el Perú, además de consumir, es un país de tránsito para los cigarros de contrabando. Con el cierre de fronteras, estos productos se quedaron ‘atascados’ en territorio nacional sin poder moverse a sus países de destino, lo que generó que inunden el mercado.
Otro factor que explica el aumento de las ventas tras la pandemia es que, con el fin de las restricciones, las ocasiones de consumo -como asistir a bares o eventos multitudinarios- regresaron con fuerza, asegura Borjas “Aún cuando el mercado ilícito se estabilice, seguirá quitando participación al mercado lícito en los próximos años”, agrega.
Pelea por el ISC
El ISC es un impuesto que se aplica a los cigarrillos con el objetivo de desalentar su consumo masivo, pues es dañino para la salud. El MEF viene elevándolo desde el 2018. En la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), que responde por las empresas tabacaleras, critican que lo que se paga hoy en impuestos por una cajetilla legal es más que el precio de una cajetilla de contrabando.
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“Una cajetilla de 20 unidades paga, solo en ISC, S/7,20. Una de contrabando puede encontrarse a S/3 o S/5″, sostiene Claudia Linares, presidenta de la Comisión de lucha contra el Comercio Ilícito de la SNI. Actualmente el ISC equivale a un monto fijo de S/0,36 por cigarrillo.
“Nosotros impulsamos con fuerza el aumento (de los impuestos) desde el 2016, porque estábamos muy atrasados comparados a los vecinos. Actualmente, el promedio regional está alrededor del 70%” explica Valdivia, de Grade. En Perú, la carga tributaria sobre los cigarros está todavía por debajo, en alrededor de 60%.
El MEF señala que entre el 2010 y el 2016 no hubo variaciones del ISC, pero la industria incrementó sus precios promedio en 62% (tres veces la inflación). “Pareciera que para la industria solo los incrementos de precios originados por impuestos genera contrabando y no aquellos originador por sus decisiones comerciales”, indican expertos de acuerdo a información del ministerio.
Para Valdivia, de Grade, el argumento de que ha aumentado el contrabando es usado por la industria tabacalera para ir en contra de la política tributaria de su sector. “Desde que se busca elevar los impuestos a los cigarros, a iniciativa de la OMS, la industria lucha por establecer que el comercio ilícito ha crecido”, sostiene.
Esta opinión es compartida por la Comisión Nacional Permanente de Lucha Antitabáquica (Colat). “La industria siempre dice que más impuestos aumentan el contrabando, sobre todo cuando habrá actualizaciones del ISC”, afirma su presidenta, Flavia Radovic.
¿Cómo llegan los cigarros ilegales al Perú?
La SNI ha identificado la ruta del contrabando de cigarros. “Vienen de Paraguay, cruzan a Bolivia e ingresan al país a través de Puno en cargas camufladas en transportes de alto volumen. Desde ahí recorren el país de sur a norte”, asegura Linares.
Ese camino de ilegalidad también ha sido trazado por la Sunat. Según la entidad, hasta agosto del 2022 se incautaron 30 millones de cigarros ilegales. De ese total, 86% eran de fabricación paraguaya e ingresaron por la frontera con Bolivia. Paraguay estableció a finales de febrero su ISC para el tabaco en apenas 22%, porcentaje que lo hace atractivo para el contrabando.
En octubre, Sunat incautó en el Callao 8 millones de cigarros más de la marca Lucky Strike que tenían como destino el país vecino del sur. Se habían declarado como “papel tissue” para no pagar impuestos. De acuerdo a la SNI, la marca más falsificada es Golden Beach. Otras populares son Pall Mall y Marlboro.
Para camuflarse dentro de la venta legal, los cigarrillos de contrabando suelen ofrecerse por unidad. “Cuando se abre la cajetilla, se pierde la comunicación de las advertencias de sus efectos contra la salud y la trazabilidad del usuario para conocer el origen del producto”, explica Linares.
Alto o no, es innegable que el contrabando existe. Para Radovic, la solución parte por mejorar los controles fronterizos. “Tenemos que mejorar la coordinación internacional con los países productores. Esa es la salida”, asegura la presidenta de Colat.
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