Los inversionistas en Perú son un grupo avezado, pero cualquiera que espera que la nación latinoamericana se recupere del último caos político debería pensarlo dos veces.
Si bien los compradores de gangas salieron en gran medida ilesos –o incluso con ganancias– de las anteriores crisis en el país, analistas de UBS Wealth Management Co. y JPMorgan Chase & Co se encuentran entre quienes advierten en Wall Street que es poco probable que esta vez se produzca una rápida recuperación de los bonos, las acciones y la moneda.
La última liquidación se produjo después de que la destitución del expresidente Pedro Castillo, a principios de diciembre, desencadenara una ola de protestas antigubernamentales que paralizaron gran parte de la nación.
Más de 50 manifestantes han muerto en las últimas ocho semanas, los agricultores han perdido más de US$ 300 millones en exportaciones y las autoridades se vieron obligadas a cerrar indefinidamente Machu Picchu, el destino turístico más conocido de Perú. Ahora hay una presión cada vez mayor para reescribir la Constitución, un proceso que en Chile llevó a que el peso se desplomara.
Incluso para inversionistas acostumbrados al caos político de Perú (el país ha tenido seis presidentes en cinco años), la última crisis está afectando su confianza.
“Al parecer, el malestar social se mantendrá alto en el corto plazo, lo que plantea riesgos para la actividad económica, las cuentas fiscales y las perspectivas políticas”, señalaron la semana pasada analistas de UBS encabezados por Pedro Quintanilla-Dieck en una nota a los clientes.
Las demandas de los manifestantes peruanos “son muy ambiciosas y parecen poco probables; enfrentarán una fuerte oposición de la presidenta y el Congreso”.
El sol peruano cayó 1% frente al dólar en enero, a pesar de un repunte de 10% en el cobre, la principal exportación del país, lo que la convierte en la moneda de peor desempeño en América Latina después del peso argentino.
Los bonos soberanos de Perú denominados en dólares también quedaron el mes pasado por debajo del índice de referencia Bloomberg EM USD Aggregate Total Return por un amplio margen.
Los spreads soberanos de Perú “se han ampliado en un promedio de casi 30 puntos básicos en relación con otros soberanos de mercados emergentes con calificación BBB desde la salida de Castillo, a principios de diciembre”, según la nota de UBS de la semana pasada.
El jueves, el Congreso rechazó una nueva propuesta para adelantar las elecciones a 2023, lo que avivó la crisis. Las tres cuartas partes de los peruanos ahora quieren que la nueva presidenta, Dina Boluarte, renuncie, y más de dos tercios están a favor de que una Asamblea Constituyente reescriba la Constitución promercado del país, según la última encuesta de IEP publicada el fin de semana.
Ecos de Chile
Eso se hace eco de las demandas en Chile que comenzaron en 2019 y que han sacudido los mercados locales desde entonces.
Si las experiencias de Chile sirven como ejemplo, la situación en Perú podría empeorar mucho antes de mejorar. El proceso para redactar una nueva Constitución y la elección de un presidente izquierdista ayudaron a que el peso chileno se hundiera a un mínimo histórico en julio pasado.
Y, al igual que en Chile, es poco probable que lo que suceda ahora en Perú sea rápido.
Una mayoría de la población peruana “parece inclinada a aceptar abrir camino a una Asamblea Constituyente”, dijo el lunes Diego Pereira, analista de JPMorgan con sede en Nueva York. No obstante, “parece poco probable que se recorra ese camino este año”.
JPMorgan mantiene una infraponderación para Perú en su cartera de acciones de América Latina, según otra nota del banco dada a conocer el lunes.
Sin salida fácil
Las encuestas muestran un apoyo de 73% para una nueva elección este año, sin embargo, las divisiones políticas implican que el panorama para las elecciones anticipadas acordadas por el Congreso “se vuelve cada día más sombrío”, según Esteban Tamayo, economista de Citigroup para América Latina, radicado en Nueva York.
“Las manifestaciones seguramente continuarán mientras esto se resuelva”, escribió Tamayo el lunes, y señaló que las protestas agregarán presión sobre la presidenta Boluarte para que “considere hacerse a un lado”, lo que desencadenaría un llamado constitucional a elecciones anticipadas. Boluarte prometió permanecer en el cargo hasta que se elija a un nuevo presidente.
Incluso si Boluarte se retirara, se espera que el actual presidente del Congreso, José Williams, asuma el cargo, y su postura política derechista “también podría enfrentar el escrutinio de la población”, según Citigroup.
La envergadura y el alcance cada vez mayores de las manifestaciones antigubernamentales indican que es poco probable que la presidenta Boluarte “sobreviva en el cargo más allá de fines de marzo si las protestas continúan intensificándose al ritmo actual”, escribió el mes pasado Oxford Economics en una nota a sus clientes.