La caída se debe en parte a un fenómeno natural: el ciclo "bianual" de esta variedad, cuyas plantas alternan un año de gran floración con buena productividad y otro de floración con menores rendimientos. (Foto: iStock)
La caída se debe en parte a un fenómeno natural: el ciclo "bianual" de esta variedad, cuyas plantas alternan un año de gran floración con buena productividad y otro de floración con menores rendimientos. (Foto: iStock)

En las plantaciones de Minas Gerais, el estado que produce el 70% de la variedad brasileña, los caficultores esperan que las lluvias tardías limiten una probable drástica caída de la producción este año del mayor productor y exportador de café del mundo.

Para la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), la , variedad que representa cerca del 77% del café producido en el país, debería caer más de un tercio en comparación con el año pasado, a entre 30 millones y 33 millones de sacos de 60 kilos.

La caída se debe en parte a un fenómeno natural: el ciclo “bianual” de esta variedad, cuyas plantas alternan un año de gran floración con buena productividad y otro de floración con menores rendimientos.

Fuerte sequía

La sequía y las temperaturas demasiado elevadas de septiembre a noviembre han “acentuado este escenario”, al retrasar la floración de los arbustos y provocar una disminución de las bayas del café en formación, explica Renato García Ribeiro, investigador del Centro de Estudios Avanzados en economía aplicada de la Universidad de São Paulo (Cepea).

Según cálculos de Heloisa Melo, de la consultora Agroconsult, las lluvias en octubre y noviembre en el sur de Minas Gerais, fueron dos veces más bajas que la media en esa temporada.

Estas condiciones climáticas en el sudeste de Brasil se pueden explicar “por un momento de transición entre un período neutro y el regreso de La Niña”, un fenómeno climático que generalmente causa mal tiempo, pero también puede provocar sequías, en particular en el sur, señala Gil Barabach, consultor de Safras y Mercado.

“Estábamos en un ciclo de aumento de la producción, incluso en un ciclo bienal negativo, pero el déficit hídrico que atravesamos va a reducir en un 39% la cosecha en la región, a un nivel cercano al del 2017, y afectará la calidad de los granos”, lamenta José Marcos Magalhães, presidente de Minasul.

Esta cooperativa, la segunda del país, comercializó dos millones de sacos de arábica el año pasado.

Ante estas perspectivas poco alentadoras, muchos productores resolvieron adoptar el método llamado “cosecha cero”, podando todo o parte de sus arbustos para preparar mejor la temporada siguiente.

Pero la cosecha récord del 2020 y el alto precio del arábica por la fuerte depreciación del real frente al dólar “también han permitido a los productores invertir más en sus campos, renovar y reorganizar los arbustos, comprar fertilizantes y variedades más productivas”, declara Paulo Henrique Leme, profesor del Departamento de Administración y Economía de la Universidad Federal de Lavras.

“Estas inversiones tendrán un impacto en su productividad dentro de tres o cuatro años”, augura.

Expectativa de alza de precios

El precio del arábica no parece haberse recuperado aún pese a las previsiones de una caída de la cosecha en Brasil.

En el mercado a futuros ICE de Nueva York, la libra de arábica para entrega en marzo valía 122.65 centavos el viernes pasado en comparación con los 124.06 centavos de siete días antes y los 123.4 centavos el 2 de enero.

“Los compradores están tranquilos, porque la última cosecha todavía se está enviando al exterior. Pero gradualmente, el precio del arábica aumentará”, pronostica Gil Barabach.

En el 2020, el precio del arábica cayó varias veces por debajo de los 100 centavos, afectado por la pandemia y la caída del consumo debido al cierre de bares, cafeterías y restaurantes en todo el mundo.

Pero el avance de la vacunación contra el COVID-19 alimenta la esperanza de una recuperación de la demanda, ante una oferta global reducida: Centroamérica también prevé una caída en su producción luego de verse afectada por severos huracanes en noviembre, durante la temporada de cosecha.

El indicador Cyclope Global, pronostica que los precios medios del café (arábica y robusta) en el 2021 subirán un 20% en comparación con los del 2020 (frente al crecimiento de 8% en el 2020).