Los asediados bonos de Ecuador ansían una recuperación a medida que el presidente, Guillermo Lasso, intenta estabilizar la nación lo suficiente como para que Wall Street se de cuenta de la mejora de sus finanzas.
Los inversionistas ya están mirando hacia el 5 de febrero, cuando los votantes decidirán respecto de una serie de reformas constitucionales que ayudarán a estabilizar al país. Los resultados, así como los términos de una posible recompra de bonos azules y los avances entre el Gobierno y los grupos indígenas, indicarán si Ecuador se está alejando del caos político, lo que generaría oportunidades de US$ 17,300 millones en bonos soberanos.
“Si la política se mantiene estable en Ecuador, es decir, si no vemos un gran malestar social hasta 2023, entonces ciertamente esperaría que el mercado finalmente recompense a Ecuador por su progreso obtenido con tanto esfuerzo en las cuentas fiscales y externas durante los últimos dos años”, dijo Carlos de Sousa, administrador de dinero de deuda de mercados emergentes en Vontobel Asset Management.
Los bonos de Ecuador cayeron aproximadamente un 25% el año pasado cuando las comunidades indígenas salieron a las calles por el aumento de los precios del combustible y los alimentos, lo que obligó al Gobierno de Lasso a hacer concesiones. La caída anual marcó el peor desempeño de la deuda de cualquier nación latinoamericana registrada en un índice de bonos soberanos en dólares en el 2022, según datos recopilados por Bloomberg.
Las pérdidas se produjeron pese a que el país mejoró su balance fiscal y terminó el 2022 con un déficit presupuestario del 1.7% del producto bruto interno (PBI). El Gobierno también impulsó sus reservas extranjeras a aproximadamente US$ 8,500 millones en diciembre. El aumento de las exportaciones petroleras y no petroleras también generó un superávit en la cuenta corriente del país.
“Hubo una desconexión entre las cosas típicas que buscamos para la solvencia crediticia y los riesgos políticos que existen en Ecuador”, dijo Katrina Butt, economista de AllianceBernstein. “Los fundamentos económicos y los fundamentos crediticios en realidad han mejorado bastante sustancialmente en 2022″.
Próximos catalizadores
En el frente social y político, los inversionistas seguirán de cerca el riesgo de disturbios en Ecuador a medida que la región se recupera de episodios de profunda volatilidad. Una insurrección encabezada por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro en Brasil sacudieron los mercados esta semana, solo un mes después de un cambio caótico de liderazgo en Perú.
El referéndum de Ecuador cubrirá un rango de temas candentes el próximo mes donde los votantes opinarán sobre seguridad, política y esfuerzos ambientales. También coincide con las elecciones locales, que podrían brindar un impulso político marginal a Lasso y su partido después de un año de bajos índices de aprobación.
Los resultados deberían ofrecer pistas antes del ciclo electoral del 2025, en el que existe el riesgo de que un candidato opositor al Gobierno actual se presente justo antes de que se reanuden los principales pagos de bonos.
Para Siobhan Morden, directora general de estrategia de renta fija para América Latina de Santander Investment Securities, las votaciones de febrero podrían ofrecer cierto apalancamiento a la Administración de Lasso, cuyo apoyo se ha debilitado debido a una ola de delincuencia.
“Sin embargo, no existe una solución rápida para aumentar la tendencia de crecimiento o disminuir el alto gasto estructural”, escribió. “Los riesgos políticos y de política inciertos justifican una prima de riesgo obstinada a medida que el Gobiermo de Lasso navega a través de la siguiente fase de un programa del Fondo Monetario Internacional y las consecuencias del referéndum”.
El país, que en diciembre concluyó su primer programa respaldado por el FMI en más de dos décadas, está en proceso de buscar nuevos acuerdos de financiación.
Mientras que el rendimiento extra que exigen los inversionistas para mantener los bonos soberanos de Ecuador sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos ha disminuido en los últimos meses, la prima de riesgo aún está por encima de los 11 puntos porcentuales, según datos de JPMorgan Chase & Co., sobre el umbral para que la deuda se considere en riesgo crediticio.
Una recompra de deuda utilizando los ingresos de un bono azul centrado en el océano, prometida en octubre por el ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, también está todavía en proceso.
Las discusiones están en curso y es probable que se llegue a un acuerdo después del primer trimestre del 2023, según una persona familiarizada con el asunto, que pidió no ser identificada hablando de una transacción privada.
“El desafío clave a largo plazo para Ecuador es estimular el crecimiento y la productividad y eso requiere un entorno político favorable”, dijo Guillermo Guerrero, estratega sénior de la correduría EMFI con sede en Londres. “Cualquier alza requeriría buenas noticias en el frente político, que es el problema clave a largo plazo para este crédito”.