Si bien no hay nada de malo en ser directo y honesto, puede hacerlo manteniendo una cultura de bondad. Estas estrategias pueden ayudarlo a ser honesto y directo de una manera clara y respetuosa.
He aquí algunas estrategias simples que puede usar para expresar su punto de vista sin ser irrespetuoso.
Cuando dé retroalimentación, hable de hechos, no de emociones
Digamos que un miembro del equipo le pide retroalimentación sobre su presentación. Se podría pensar que su presentación fue terrible y carecía de los datos necesarios para respaldar su punto. Como persona directa, es posible que desee decir: “Tenías demasiado texto y muy pocos datos. Al final, era cansado de leer y aburrido de escuchar”.
En cambio, puede iniciar la conversación con la intención positiva de ayudarlos a aprender. Puede resultar útil comenzar con algo que sí funcionó, objetivamente:
“La primera mitad de tu presentación tuvo un buen equilibrio de datos y elementos visuales para respaldar tu punto. Entre las diapositivas cinco y diez, la información se volvió más difícil de digerir porque había mucho texto que leer a la vez. Esto es lo que recomendaría para la próxima vez…”.
LEA TAMBIÉN: Cómo lidiar con los suscriptores que hacen maratones... y luego se van
Cuando exprese una opinión, use afirmaciones con “yo”, no con “tú”.
Digamos que está en una reunión de lluvia de ideas y no está de acuerdo con la idea de otra persona. No diga: “Tu idea no funcionará. No estás considerando X, Y y Z, que serían grandes obstáculos y potencialmente nos prepararían para el fracaso”.
En su lugar, demuestre que escucha lo que dice la otra persona reconociendo primero sus esfuerzos, y luego proceda a expresar su opinión o perspectiva usando declaraciones en primera persona: “Puedo ver que has pensado mucho en esta idea. Gracias por tu arduo trabajo en ello. Quiero mencionar que, según mi experiencia, creo que debemos considerar los posibles obstáculos de X, Y y Z”.
LEA TAMBIÉN: Harvard Business Review: cómo las vacaciones mejoran su bienestar
Cuando rechace a alguien, convierta un ‘no’ en un suave ‘sí’
Imagine, por ejemplo, que ya está atrasado en varios proyectos cuando un colega se acerca y le pide que le ayude a escribir una agenda para la reunión que dirigirá la próxima semana.
Su instinto podría ser decir: “Hoy no tengo tiempo, lo siento. Hay demasiadas otras prioridades en este momento”.
Un suave “sí” se parece más a esto: “Mi agenda estará muy ocupada durante las próximas semanas, pero podría ayudar de forma asincrónica a medida que encuentre tiempo. ¿Eso funciona para ti? Alternativamente, [nombre del colega o subordinado directo] suele tener grandes ideas. No dudes en comunicarte con ellos, y te apoyaremos lo mejor que podamos”.
LEA TAMBIÉN: Harvard Business Review: por qué vale la pena ser amable en el trabajo
Cuando haga una petición, sea considerado, no autoritario
Digamos, por ejemplo, que está trabajando en una presentación para un cliente y de repente se da cuenta de que no ha reunido las cifras de impacto que pretendía agregar al final.
En lugar de decir: “Hola Jo. Voy a necesitar que me ayudes con el análisis de impacto del proyecto XY. Gracias”, intente, “Hola Jo. Necesito tu ayuda para elaborar el análisis de impacto del proyecto XY. Sé que es una solicitud de último momento, pero realmente espero poder confiar en ti. Aprecio que te tomes el tiempo para ello”.
Por Yasmina Khelifi e Irina Cozma
LEA TAMBIÉN: Harvard Business Review: Cómo recuperar la compostura en situaciones estresantes
Disfruta tus descuentos del Club de Suscriptores cuantas veces quieras gracias a tu suscripción a Gestión. Más de 300 promociones esperan por ti, descúbrelas aquí. Y si aún no eres suscriptor, adquiere tu plan aquí