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Pese a la enorme brecha en infraestructura de transporte y a pesar de que existe una cartera de proyectos que podrían desarrollarse bajo el modelo de Asociaciones Público Privada (APP), desde hace tres años -alerta AFIN- no se han adjudicado desde el Estado ni un solo proyecto de transporte.
“Han pasado más de tres año desde que no se adjudica un solo proyecto del sector transporte (el último fue el Terminal Portuario Salaverry), pese a que existe una cartera de APP que comprende varios (proyectos) estancados”, refiere la jefa del área económica del gremio, Yovanna Ramírez.
La especialista explica -por ejemplo- que uno de estos proyectos es la rehabilitación del ferrocarril Huancayo-Huancavelica, uno de los proyectos más anunciados desde el Estado.
“Este año estuvo cerca de ser adjudicado, sin embargo la cantidad de postores fue insuficiente. Este proyecto tendrá importantes beneficios para la población del área de influencia directa -que presenta bajos niveles de desarrollo (Índice de Desarrollo Humano - IDH1 de 0.25 en 2019)- al representar una importante llave de acceso a servicios de salud, educación, trabajo y comercio, así como para aprovechar su potencial turístico (como el sitio arqueológico de Inka Machay)”, apunta.
Agrega que tras varios vaivenes, no se define la fecha para la buena pro del proyecto.
“Este caso es un ejemplo de la necesidad de ajustar, en la normatividad, las responsabilidades de los actores para evitar que el mismo retorne al concedente –en más de una ocasión- luego de haber sido encargado a ProInversión, al estilo de un yoyó”, asevera.
Otro proyecto que tampoco ve la luz -sostiene la economista- es la Carretera Longitudinal de la Sierra Tramo 4, pese a que su ejecución beneficiará a más de 3.8 millones habitantes de Junín, Ica, Huancavelica, Ayacucho y Apurímac; regiones que en su mayoría presentan más de un tercio de su población en situación de pobreza (incluso dos de estas presentan los menores IDH a nivel regional).
“Este proyecto complementa los demás tramos de la Longitudinal de la Sierra y permitirá integrar las zonas de producción del centro-sur del país, y conectarlas con el Terminal Portuario General San Martín (Pisco) y el Puerto del Callao”.
En una situación similar se encuentra el Anillo Vial Periférico que lleva ochos años en ProInversión, vía que permitirá mejorar las condiciones del flujo vehicular de la capital al liberar del tránsito pesado las sobrecargadas vías, beneficiando a más de 5 millones de habitantes de Lima Norte, Lima Este y Callao, que representan el 48% de la población de Lima y Callao, y quienes, actualmente, llegan a emplear más de dos horas para trasladarse entre estas zonas.
“Vale tener en cuenta que antes de la pandemia el movimiento de camiones en el primer puerto alcanzaba los 3,800 en días pico. El Anillo Vial hará posible el ingreso y salida de camiones al Puerto del Callao sin pasar por Lima, permitiendo ahorro de tiempo y en gastos de transporte, y dada la participación del Callao en la oferta logística, mejorará la competitividad del país. Además, permitirá consolidar parte del Eje Multimodal Amazonas Centro. Pese a estos importantes beneficios, el proyecto sigue siendo postergado”, alerta.
En el ámbito marítimo, se ubica el Nuevo Terminal Portuario de Marcona. un proyecto especializado en minerales que podrá atender 33 millones de toneladas anuales. Por su ubicación, entre Matarani y el Callao, permitirá -también- ahorros en sobrecostos generados por trasladar vía carretera la producción minera desde el centro y sur del país hacia los puntos de entrada y salida en el Callao y Pisco.
“Considerando que las inversiones de estos cuatro proyectos ascienden a US$ 3,393 millones (sin IGV), equivalentes al 1.7% del PBI del 2020, y se estima que podrían generar más de 40,000 empleos e impulsar la actividad económica y aumentar los ingresos fiscales (tributarios y no tributarios); su puesta en marcha debe ser una prioridad”, indica.
Todos estos proyectos se encuentran -subraya- en el Informe Multianual de Inversiones en Asociaciones Público-Privadas (IMIAPP) 2020 – 2023 del sector transporte.
“Si queremos ser un país más competitivo necesitamos crear, ampliar y mantener el stock de infraestructura. Si pese a sus grandes beneficios, los proyectos priorizados demoran tanto en ser entregados, ¿qué podemos esperar de los proyectos que aún no lo son? El próximo año deberíamos celebrar nuevas concesiones”, reflexiona.
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