
Con más de cinco décadas en la industria textil, la peruana Texfina cierra el 2025 impulsando un proceso de modernización de su maquinaria. La compañía, dedicada a la producción de tejidos de punto y al desarrollo de prendas a base de algodón, poliéster y diversas mezclas, avanza en la renovación de sus operaciones para elevar eficiencia y calidad. ¿Cómo ha sido el 2025 para la firma y qué proyecta para el 2026? ¿La modernización tecnológica continuará el próximo año?
Raúl Saba de Rivero, CEO de Texfina, comentó que el 2025 fue un año particularmente retador para el sector. “El primer semestre no fue bueno para nadie”, señaló al recordar que el anuncio de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones peruanas alteró el mercado. “Nosotros principalmente exportamos a los Estados Unidos”, añadió, subrayando el impacto directo sobre la empresa.
Aun así, hacia el cierre del año comenzaron a aparecer señales de alivio. “En este último trimestre han llegado órdenes, han llegado pedidos. No solamente a nosotros, sino también para todos los exportadores de prendas de Perú hacia los Estados Unidos”, comentó. También destacó que, a diferencia del mercado estadounidense, Europa mantuvo su estabilidad. En ese contexto, el balance final para Texfina refleja un año estable. “Estamos igual que en 2024”, dijo a Gestión.
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Pese a este entorno desafiante, la empresa siguió adelante con una de sus grandes apuestas: la modernización tecnológica de sus equipos, una decisión que no nació este año, sino que venía gestándose desde hace tres años. Recordó que las nuevas máquinas llegaron a mitad del tercer trimestre del 2024, cuando el panorama aún era incierto por el tema de los aranceles. “Pese a ello, ya estratégicamente habíamos tomado la decisión de hacer la inversión”, comentó.
Señaló que Texfina ya contaba con una planta de extrusión de sintéticos —nylon y poliéster—, pero con antiguedad y el objetivo era modernizar la infraestructura para subir la producción.
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El impacto esperado con la modernización
El ejecutivo subrayó que la modernización tendrá un impacto directo en la capacidad productiva de la empresa. “Nosotros producimos 250 toneladas de poliéster y nylon. Ahora, con la máquina alemana, subimos en 180, pero como apagamos parte de la planta antigua, vamos a estar en un promedio de 350 toneladas mensuales”, explicó.
En ese sentido, detalló que el proyecto completo contempla varias etapas. “El proyecto es de cuatro líneas: ya vino la primera y vienen tres líneas más, que implica tres máquinas más que van a ir reemplazando la planta antigua, básicamente por un tema de consumo de energía. Estas nuevas plantas consumen la mitad de energía”, indicó. Añadió que el ahorro energético no es el único beneficio, pues las nuevas líneas de extrusión permiten obtener “una mejor calidad de microfibra” de poliéster.
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Cuando el proyecto esté concluido, la capacidad total de la empresa dará un salto importante. “Al final del proyecto estaríamos bordeando las 450 toneladas de producción al mes”, manifestó, un avance cercano al 80% respecto de los niveles actuales de producción. En concreto, las tres máquinas restantes llegarán de manera escalonada. “Van a ir viniendo cada año y medio. Va llegando la segunda línea, año y medio después la tercera y después la cuarta. Hasta el 2028”, afirmó.
Este cambio tecnológico también abrirá nuevas posibilidades para la empresa peruana. “Estas máquinas tienen la particularidad de hacer una microfibra (de poliéster) de 0.4 denier, que es muy fino. Vamos a ir a telas especiales, vamos a ir cambiando la producción de nuestras telas a telas más livianas, con mejor performance”, mencionó.
Para graficarlo mejor, añadió que una tela con protección UV normalmente tiene una duración de 20 lavadas. “En cambio, con estas máquinas nosotros podemos hacer la protección UV permanente. El antimicrobial permanente. También podemos hacer hilo de color sin usar agua. Podemos hacer hilos biodegradables, así como hilos reciclados. La máquina es muy versátil y nos permitirá ir al compás de lo que el mundo está pidiendo”, dijo.
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Texfina, cabe recordar, abastece principalmente a empresas confeccionistas que exportan a los Estados Unidos. Además, mantiene desde hace 15 años una alianza estratégica con Southern Textile Network. “Somos socios estratégicos. Es decir, no tenemos accionariado o participación en las empresas. Pero hacemos inversiones juntos y vendemos juntos”, indicó.
Con las inversiones previstas, Texfina proyecta un crecimiento anual de entre 10% y 15% para el 2026, aunque el ejecutivo remarcó que la prioridad no es producir más, sino producir mejor. A la modernización de las plantas de extrusión se sumará la llegada de 14 máquinas de tejido en 2026.
El plan hacia el 2028 incluye, además, avanzar en la digitalización y robotización de la empresa, así como preparar a la nueva generación familiar —la quinta— para asumir el liderazgo. Con operaciones en su planta del Callao, Texfina ya adquirió terrenos al sur de Lima para una futura reubicación parcial, aunque no a corto plazo.
Sobre una posible expansión fuera del Perú, el directivo explicó que la compañía atiende hoy a Centroamérica y países vecinos con ventas directas y participación en ferias, pero no proyecta abrir oficinas comerciales en el exterior.
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Licenciada en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza con 20 años de experiencia profesional. Laboró en medios de comunicación como TV Perú y Perú21. También ejerció en gremios como la SNMPE y SNI. Desde el 2016, es parte del diario Gestión.








