La falta de señales claras del Poder Ejecutivo, las voces contrarias de algunos personajes del partido Perú Libre y las divergencias con el legislativo siguen manteniendo al Perú en un ambiente de mucha tensión y al segmento empresarial en vilo.
Pero ¿qué es lo que podría pasar en los primeros 100 días del gobierno de Pedro Castillo y qué deberían hacer las empresas? Claudia Navas, analista de riesgos de Control Risks para Perú y la región Andina, señala que hay muchos elementos complejos que, en paralelo, están afectando el ambiente político en el país, por lo que considera que en este primer tramo reinará la lucha de poder entre el Legislativo y el Ejecutivo, siendo la aprobación del gabinete ministerial la principal prueba de fuego.
“Si el actual gabinete se llega a aprobar, pese a los cuestionamientos, es posible que las mociones de censura contra ministros sigan marcando el ambiente político, generando volatilidad, retos en la implementación de políticas públicas y, por ende, la sensación de riesgo y desconfianza continuará”, estima.
Sostiene que, en este tiempo, se espera se dé una agenda de reformas que el Gobierno tendrá que consolidar, sobre todo, en lo que corresponde a la reforma de la Constitución para poder llamar a una asamblea nacional constituyente o a un referéndum.
Indica, asimismo, que se verán movidas alrededor de ciertos sectores y proyectos de gran escala, donde el gobierno de Castillo buscará dar golpes de opinión en torno a que las empresas aumenten sus beneficios sociales.
“Observaremos una posición más proactiva en resolver conflictos sociales que empujarán a las empresas a hacer más concesiones y en ocasiones excediendo sus propias capacidades de competencia”, afirmó.
Agregó que este es el caso de Tía María, y lo que suceda en este proyecto minero va a dar luces de cómo operará el Gobierno hacia adelante.
En áreas de servicio público y en el sector salud es muy posible que también se tienda a un mayor intervencionismo. “Habrá muchos retos legales y limitaciones porque la Constitución peruana tiene un espíritu promercado muy fuerte y marcos sólidos de protección al inversionista, ante ello es posible que Castillo busque capitalizar el apoyo popular alrededor de un mayor escrutinio a los proyectos”, dice.
Además, sostiene que un tema clave en el que cree se centrará la actual administración es en la continuidad del proceso de vacunación y en mejorar su avance.
Recomendaciones
En medio de esta coyuntura de incertidumbre, Navas comenta que la inversión privada va a seguir siendo frenada en los próximos tres a seis meses, y que el Gobierno deberá dar lineamientos claros y coherentes de hacia dónde van sus políticas para recobrar la confianza de este sector.
En tanto, recomienda a las empresas no anticiparse a los riesgos, a mantener una posición proactiva, neutral y apolítica, pero de escucha y muy abierta ante aproximaciones del nuevo régimen.
También es importante estudiar a las diferentes partes interesadas que puedan afectar a sus proyectos, estudiar sus intereses, motivaciones y qué capacidades pueden cambiar en este nuevo entorno político, agrega. “Creemos que ciertos sectores sociales pueden sentirse más empoderados en hacer demandas al sector privado, porque ahora sienten que hay un gobierno que los va a respaldar y, posiblemente, surjan figuras oportunistas para obtener mayores beneficios. Monitorear las condiciones políticas de gobernabilidad de Pedro Castillo será clave para saber qué tan grave es el riesgo”, sostiene.
Escuchar las demandas sociales también es relevante y, en ese sentido, el sector privado cobra un rol protagonista y debe tener una postura de apertura, agrega.
En general, al interior de Control Risks - firma especializada en riesgo global- las opiniones concuerdan en que el Perú seguirá siendo un mercado atractivo en diferentes sectores y con oportunidades de negocio; aunque en un ambiente donde se les exigirá mucho más a las empresas en materia fiscal y de impuestos para poder soportar las propuestas de mayor inversión social anunciadas, pero eso no significa que no sea posible invertir o manejar el riesgo político, asegura.
Finalmente, descarta que el Perú llegue a tomar el camino de Venezuela porque no existen las condiciones políticas para que eso suceda, considerando un estudio realizado por la consultora de las diferentes medidas que han tomado los gobiernos de corte populista y de izquierda de la región en sus primeros años.
“En el caso local, muchas serían las bases legales que tendría que sentar el presidente para poder avanzar en lo que sería su agenda más radical, tomando en cuenta el fragmentado Congreso, el sólido marco legal y la polarización alrededor de su administración”, enfatiza.