Boeing espera que la tercera sea la vencida el miércoles en un nuevo intento por lanzar su primera nave espacial Starliner tripulada con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI), tras previos despegues frustrados incluso minutos antes.
El despegue está previsto a las 10H52 locales (14H52 GMT) desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en el estado de Florida (sureste), para una estancia de aproximadamente una semana en el laboratorio orbital.
El más reciente intento, el pasado sábado, fue abortado dramáticamente con menos de cuatro minutos en la cuenta regresiva, cuando la computadora de lanzamiento en tierra entró en una pausa automática.
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Más tarde, se determinó que el problema se debió a una fuente de alimentación de energía defectuosa conectada a la computadora. Una unidad averiada fue reemplazada luego.
Una válvula defectuosa en el cohete del grupo United Launch Alliance (ULA), la empresa conjunta formada por Boeing y Lockheed Martin, frustró un intento previo el 6 de mayo, horas antes del despegue.
En ambos casos, los astronautas de la agencia espacial estadounidense (NASA) Butch Wilmore y Suni Williams estaban preparados para el lanzamiento, pero se vieron obligados a volver a sus estrictas cuarentenas en sus camarotes.
El problemático programa espacial de Boeing ha enfrentado años de retrasos y adversidades. Una misión exitosa le daría un esperado respiro de las preocupaciones relativas a la seguridad que rodean sus aviones de pasajeros.
En tanto, la NASA busca certificar a Boeing como un segundo operador comercial para transportar sus tripulaciones a la EEI.
SpaceX, del magnate Elon Musk, ha venido desempeñando este rol dese hace cuatro años.
Reveses
Ambas compañías recibieron contratos multimillonarios en 2014 para desarrollar sus cápsulas tripuladas y pilotadas de forma autónoma, luego de que en 2011 llegara a su fin el programa del Transbordador Espacial, lo cual había dejado a Estados Unidos temporalmente dependiente de cohetes de Rusia para realizar sus viajes.
Boeing, con sus 100 años de historia, fue muy favorecida frente a su por entonces advenedizo competidor, pero su programa se fue quedando atrás.
Los reveses fueron desde un fallo en el software que puso a la nave espacial en una mala trayectoria en su primera prueba no tripulada, hasta el descubrimiento de que la cabina estaba llena de cinta de aislamiento eléctrico inflamable tras la segunda.
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Mientras los equipos trabajaban en reemplazar la válvula defectuosa del cohete que pospuso el intento de lanzamiento previo, salió a la luz una pequeña fuga de helio ubicada en uno de los propulsores de la nave espacial.
En lugar de cambiar su sellado, lo que requeriría desarmar el Starliner en fábrica, funcionarios de la NASA y Boeing consideraron que era lo suficientemente seguro para volar tal como está.
Cuando en efecto vuelen, Wilmore y Williams se encargarán de poner el Starliner a prueba, lo que incluye tomar control manual de la nave espacial en su camino a la EEI.
Durante su estadía en la plataforma, la tripulación llevará a cabo más pruebas, como simular si la nave puede ser usada como un refugio seguro en caso de problemas en el puesto orbital.
Tras desacoplarse, Starliner entrará de nuevo en la atmósfera y realizará un aterrizaje asistido con paracaídas y airbag en el oeste de Estados Unidos.
Starliner está a punto de convertirse en el sexto tipo de nave espacial construida en Estados Unidos en llevar astronautas de la NASA, después de los programas Mercury, Gemini y Apollo en las décadas de 1960 y 1970, el transbordador espacial de 1981 a 2011 y el Crew Dragon de SpaceX a partir de 2020.